El recién elegido presidente de Guinea Conakry, Alpha Condé, ha actuado con rapidez y ha asegurado que un ataque a su residencia, que dejó un guardia presidencial muerto, no fue un golpe de estado.
Condé salió ileso de un ataque con cohetes a su residencia que terminó con el arresto del antiguo jefe del ejército del país.
Alpha Condé hizo un llamamiento a la calma después de que un grupo de soldados abrieran fuego contra su residencia, durante la noche, desencadenando dos horas de fuego cruzado, que sacudieron la residencia del primer presidente electo de Guinea, después de siete meses en el poder.
Condé actuó rápido para garantizar que el ataque no ha sido un golpe de estado.
“Esto ha sido un intento de asesinato, pero no un golpe de estado”, declaró Condé en Radio France Internacional, y anunció que “los dos principales actores, antiguos jefes militares, han sido arrestados”.
El presidente no los nombró, pero el ex jefe del ejército Nouhou Thiam, expulsado de su cargo por Condé al acceder a la presidencia, fue arrestado poco después del ataque, según ha declarado su mujer.
Condé declaró en la televisión estatal que miembros de su guardia presidencial, uno de los cuales murió durante el tiroteo y otros dos resultaron heridos, lucharon “heroicamente” durante las dos horas de batalla, hasta que llegaron los refuerzos, a las 5 de la madrugada.
El presidente dijo que él salió ileso porque no se encontraba en su dormitorio cuando ésta fue atacada con bazucas y granadas propulsadas por cohetes.
“Pido calma, pero también vigilancia sobre la unidad nacional”, dijo Conde al pueblo guineano, “No quiero ninguna reacción popular, ni ninguna reacción contra nadie, dejemos que el ejército y las fuerzas de seguridad hagan su trabajo”, añadió.
Elecciones de noviembre
La tensión del ataque llega siete meses después de que Condé llegase a la presidencia, tras su victoria ante su rival, Cellou Dalein Diallo, en las primeras elecciones democráticas del país desde su independencia de Francia, en 1958.
Diallo, que se encuentra en Dakar, pidió que se abra una investigación y declaró que el ataque es “lamentable”.
“Espero que afecte a la unidad de la nación al proceso democrático y al ya frágil tejido social”, dijo el ahora líder de la oposición, que había denunciado recientemente las “tendencias autocráticas” del nuevo gobierno.
La elección en noviembre del eterno político de la oposición de Guinea, fue alabada internacionalmente, por la transparencia de las votaciones, a pesar y después de la represión policial de varias protestas, que dejaron siete muertos y cientos de heridos.
El secretario general de la ONU, a través de su portavoz Martin Nesirky, pidió a todos los guineanos que se abstengan de actos que puedan minar el actual proceso pacífico y democrático que está en marcha en el país”.
El ex poder colonial, Francia, también ha condenado el ataque y ha instado al ejército a que mantenga su compromiso con la democracia, mientras que recordó que es necesario celebrar pronto unas elecciones parlamentarias.
El Departamento de Estado de Estados Unidos lamentó lo que denominó como un “aparente intento de asesinato”. “Derrocar un gobierno democrático mediante la fuerza y la violencia es inaceptable”, declaró la portavoz Heide Bronke.
La jefa de Política Exterior de la Unión Europea, Catherine Ashton, condenó “firmemente” el ataque y pidió a todos en el país, especialmente al ejército, “que trabajen a favor de la estabilidad en el país”.
El primer ministro Mohamed Said Fofana convocó una reunión de emergencia de los jefes de seguridad de Guinea, poco después del ataque, haciendo hincapié en que deben actuar para “evitar que las cosas caigan rápidamente en un descontrol”.
Enorme tarea por delante
Condé, de 73 años, se enfrenta a la enorme tarea de dar la vuelta a una nación plagada por décadas de violencia política mortal y juegos étnicos.
Las elecciones parlamentarias deberían haberse celebrado seis meses después de la toma de posesión del presidente, pero la insistencia de Conde en que antes hay que elaborar un nuevo censo, ha sido criticada por sus oponentes.
Guinea tiene una larga historia de golpes de estado e intentos de golpe, el último de ellos en diciembre de 2008, cuando un joven oficial del ejército, el capitán Moussa Dadis Camara, se hizo con el poder tras la muerte de dictador Lansana Conte, que había estado en el poder 24 años.
En septiembre del año siguiente, las fuerzas de seguridad masacraron a más de 150 personas en una protesta contra la junta militar de Camara.
Unos meses más tarde, Camara resultó herido de un disparo en la cabeza, tras lo cual, un gobierno de transición liderado por el general Sekouba Konate llevó al país hacia sus primeras elecciones democráticas, en noviembre del año pasado.
Condé ha sugerido que el ataque podría haber sido planeado por oficiales del ejército descontentos con las recientes medidas tomadas por el gobierno para combatir la corrupción. “Claramente algunas personas no están contentas”, declaró en RFI.
El país sigue siendo pobre a pesar de sus riquezas mineras, es el mayor exportador del mundo de bauxita, el mineral del que se extrae el aluminio.
(News 24, 20-07-11)