El presidente de Suráfrica, Jacob Zuma y sus homólogos de Congo, Mali, Mauritania y Uganda, viajarán a Libia en los próximos días para evaluar el conflicto en el estado del norte de África, según ha declarado el viceministro de Relaciones Internacionales, Marius Fransman.
Los cinco presidentes forman el panel de alto nivel nombrado por la Unión Africana el día 10 de marzo, en una reunión de su Consejo de Paz y Seguridad, en la capital de Etiopía, Addis Abeba, para mediar y poner fin al baño de sangre en Libia.
“Este panel llegará este fin de semana o la semana que viene. Después informarán a la Comisión Africana, que es el secretariado del Consejo de Paz y Seguridad”, señaló Fransman.
El viceministro surafricano explicó que Suráfrica considera la situación en Libia como grave y quiere instar tanto al régimen de Gadafi como a los rebeldes que combaten sus cuatro décadas en el poder, a que terminen con las hostilidades. “El conflicto en Libia está tomando el carácter de guerra civil”.
Fransman dijo que la iniciativa de la Unión Africana no debe ser considerada con contraria a la resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, adoptada el 26 de febrero, para imponer un embargo de armas a Libia y sanciones contra las principales personalidades del régimen de Gadafi. “No estamos deshaciendo eso. Esta decisión del compromiso de la Unión Africana no está reemplazando ninguna otra decisión”.
El portavoz ministerial Clayson Monyela explicó que Pretoria está implementando activamente la resolución de la ONU, sobre la congelación de activos. “La resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, nosotros la apoyamos, y votamos a favor de su aprobación. Entre otras cosas, pide la congelación de activos. Y ahora estamos dispuestos a implementar esa resolución”. Además agregó que su departamento ha escrito cartas a otros departamentos afectados del gobierno e instituciones financieras, para que se aseguren de respetar la resolución.
Marius Fransman aseguró que la Unión Africana y Suráfrica en particular, han condenado la violencia en Libia, pero que las llamadas para una intervención militar y una zona de exclusión aérea sobre Libia, deben ser consideradas a nivel internacional.
“Eso es un compromiso internacional y el Consejo de Seguridad de la ONU debe tomar una decisión al respecto”, señaló.
Zuma sufrió duras críticas la semana pasada, cuando se publicó que había respondido a una llamada del líder libio, y fue citado en la televisión libia como que había dicho que Gadafi se enfrentaba a una conspiración. El gobierno negó esto inmediatamente al día siguiente, diciendo que Zuma había utilizado la conversación con Gadafi para condenar la violenta represión del estado y aclarando que sus palabras habían sido manipuladas.
Emsie Ferreira
(IOL, 15-03-11)
