La pobreza extrema seguirá sacudiendo la mayor parte de los países del África Subsahariana durante otros 200 años, según el último informe publicado en enero de 2009. A menos que se intensifiquen las intervenciones contra la pobreza, la situación empeorará, según el informe de Social Watch, una red de grupos de ciudadanos que lucha por la erradicación de la pobreza y sus causas.
El grupo utiliza “un índice de capacidades básicas” para evaluar el nivel de privación en el mundo.
El informe, titulado “Derechos humanos: la única llave”, concluye que en 80 países de todo el mundo, en los que vive la mitad de la población mundial, las previsiones son malas con respecto a tres criterios: el número de niños que mueren antes de los cinco años, la proporción de niños que completan la educación primaria y la proporción de nacimientos asistidos por matronas con formación apropiada o otros profesionales médicos.
El informe de Social Watch afirma que “sólo 16 de esos países han registrado una mejora considerable desde 2000. Aunque los países que están progresando incluyen India, donde viven 1.600 millones de personas, se ha registrado regresión en otras zonas con una población que suma los 150 millones de personas. La segunda categoría incluye a Chad, Níger, Malaui, Benin y Yemen, mientras que Bangladesh, Uganda, Nigeria, Madagascar y Ghana, han sido calificados como países estancados.
Añade: “Mientras que la mayoría del África Subsahariana ha registrado un fuerte crecimiento económico en los últimos años, esto no se ha traducido en una gran reducción de los niveles de pobreza.
Tal y como están las cosas, las necesidades básicas de millones de africanos no estarán cubiertas hasta el siglo XXIII, con muchos gobierno luchando para cumplir las promesas que hechas. Zambia, por ejemplo, ha puesto en marcha la provisión de sanidad gratuita para todos los ciudadanos, pero aún así, sigue teniendo una de los índices más bajos del mundo en cuanto a esperanza de vida”.
El coordinador de Social Watch, Roberto Bissio, predice que la crisis internacional causada por el capitalismo durante el año 2008, va a complicar aún más las cosas. “Los países pobres tienen muchas posibilidades de acabar sufriendo con dureza la crisis, que ellos no crearon en absoluto”, asegura. Fuentes cruciales de dinero, como los envíos de dinero de los migrantes que están en el extranjero, probablemente decrezcan, añade.
Bissio anotó que los gobiernos deben desarrollar una respuesta más coherente al cumplimiento de los derechos humanos, particularmente los de las dimensiones económicas y sociales. Durante los últimos veinte años, declara, los organismos internacionales han promovido los derechos de las corporaciones para establecerse en cualquier parte del mundo, prohibiendo a los países pobres “imponerles condiciones que contribuyan al desarrollo de los países que les albergan”.
(AfricaNews, Suráfrica, 14-01-09)
