Egipto, Etiopía y Sudán, protagonistas de un desacuerdo sobre el flujo del río Nilo, acordaron aceptar el dictamen sobre el tema que elaborarán dos firmas internacionales especializadas, anunciaron
fuentes oficiales.
Hemos decidido confiar el 70 por ciento del trabajo a una empresa consultora francesa y el 30 por ciento restante a una holandesa, declaró el ministro de Irrigación egipcio, Hossam Moghazi, al cotidiano oficial Al Ahram.
A los tres países les tomó más de un año ponerse de acuerdo sobre quiénes elaborarían el reporte, que servirá como una suerte de arbitraje en el impacto ecológico y sobre el flujo de las aguas del río por Egipto, que carece de otras fuentes de aprovisionamiento para uso social y económico.
El informe será examinado por las partes de manera individual el próximo 12 de agosto, como preparación para un encuentro tripartito en Addis Abeba, la capital etíope, ocho días después.
La manzana de la discordia es la presa Renacimiento, centro de un programa con el cual Etiopía planea generar suficiente electricidad para satisfacer su demanda interna y para exportar.
El embalse, cuya costo es de cuatro mil ochocientos millones de dólares, almacenará entre 74 mil y 79 mil millones de metros cúbicos en un área de 1.561 kilómetros cuadrados a un nivel de 640 metros de profundidad media y debe estar terminado en 2017.
Egipto ha expresado preocupación por su cuota de agua del histórico río, cinco mil millones de metros cúbicos al año, de acuerdo con un pacto que los países de la Cuenca del Nilo denunciaron por haber sido suscrito durante la época de la dominación colonial.