La naturaleza del capitalismo, tanto empresarial como estatal, y de la gobernanza mundial actuales nos llevan hacia la guerra más que hacia el compromiso democrático.
En este capitalismo empresarial entrarían todas las empresas de Europa y EE. UU., que manejan y controlan la mayor parte del capital, con su industria de armas para la guerra.
En el bloque del capitalismo de Estado entrarían Rusia y China, con su industria bélica. El socialismo, fascismo, patriarcado y democracia están hoy sometidos y regidos por el capitalismo inhumano y cruel, sea empresarial o estatal.
Así pues, el compromiso democrático y, por tanto, los partidos políticos están hoy siendo controlados por el capital, con el que hemos desplazado al ser humano y al bien común, al margen de nuestros intereses de la vida y de la sociedad. Estamos construyendo un mundo de cosas y mercancías donde el ser humano se queda al margen, “como mendigo”. La cuestión más relevante es pues: ¿con quién vamos a colaborar, con el capitalismo opresor o con un compromiso democrático para promover, por medio de un desarrollo sostenible, el bien común y la convivencia pacífica?
El capital seguirá utilizándonos y manipulándonos, ante todo con la inteligencia artificial, pero solo si se lo permitimos. Existen numerosos ejemplos de pueblos y países que se han revelado contra los bancos, políticos y empresas manipuladoras, levantando sus propias cooperativas y organizando sus vidas y economías, al margen de los grandes bancos, políticos y empresas, y donde pueden compartir los beneficios de sus labores.
Por suerte, la última palabra no está al lado de los bancos, ni de las grandes empresas o políticos, sino de las sociedades que saben organizarse y cooperar juntos para el bien común. El poder capitalista, sea empresarial o estatal, no lo va a poner nada fácil.
Todos conocemos el buen ejemplo de muchas cooperativas que están proliferando en algunas provincias de España, de los países nórdicos de Europa y en otras culturas.
Cuando el capital ocupa el centro genera esclavitud personal y social. Cuando colocamos en el centro de todos nuestros compromisos al ser humano y al desarrollo integral de todos, entonces estamos construyendo un mundo más humano y pacífico.
CIDAF-UCM