Editorial: El cambio de políticas y de liderazgo debe ser la prioridad de la Unión Africana

3/02/2025 | Editorial, Opinión

En el continente africano, según informa África Confidential, se están librando más guerras que en ningún otro momento de los últimos ochenta años.

Cuando lleguen a Addis Abeba para la cumbre de la Unión Africana en febrero, los dirigentes africanos tendrán que tomar algunas decisiones difíciles mientras intensifican sus esfuerzos para abordar las crisis de seguridad que están matando a decenas de miles de personas. El FMI y el Banco Mundial han advertido de que la creciente ola de conflictos en África, especialmente en Sudán, República Democrática del Congo (RDC), Burkina Faso, Malí, Níger, etc., está frenando el crecimiento regional y el desarrollo del continente y del mundo.

La UA necesita no solo un nuevo presidente, capaz de ganarse la confianza de los gobernantes africanos, sino sobre todo necesita reformas económicas radicales, gobiernos democráticos que pongan los ejércitos al servicio de la sociedad y una eficaz cooperación a nivel panafricano. En África, como el norte global, la democracia y el diálogo se va debilitando, mientras los dictadores y grupos fundamentalistas aumentan.

Al igual que muchas organizaciones continentales, la UA se ha visto paralizada por la división entre gobiernos rivales y por la injerencia externa. Pero su prioridad actual es resolver los conflictos existentes y poner en marcha programas de desarrollo sostenible para el bien común.

Muchos de los conflictos que se desarrollan en el Sahel –desde Malí hasta Sudán– han quedado fuera de la agenda de la UA. Las sanciones impuestas por la UA a los regímenes militares la excluyen de una participación constructiva en algunas de las peores guerras del continente. La cooperación real es difícil también para los gobiernos africanos.

El presidente de Kenia, William Ruto, comenzó su mandato con una ambiciosa agenda continental, pero ha concentrado luego su atención en el ámbito nacional. Los intentos del presidente de Angola, João Lourenço, que representa a la UA y a África meridional, de mediar en la guerra de Kinshasa y Kigali por la tierra y los recursos en el este de la RDC, han tenido avances muy limitados. Los jefes de Estado en funciones y los ancianos, como Mbeki y Obasanjo, deben tener un papel crítico a la hora de presionar a los combatientes y grupos radicalizados.

Se están provocando más guerras en África, en Oriente medio, y en el Norte global, que en cualquier otro momento de la historia. Las causas son múltiples, complejas y a menudo específicas de cada país. Pero hay puntos en común, como el abuso de poder y de recursos, el injusto gasto militar, los grupos radicalizados, las condiciones meteorológicas extremas que han obligado a millones de agricultores a desplazarse, junto con condiciones económicas más duras y una carga de deuda cada vez mayor.

La ONU, así como todo el sistema constitucional y democrático, es más débil a medida que los poderosos, sobre todo del norte global, acaparan el poder gracias a su control del capital y el poderío militar. Para muchos gobiernos africanos, la guerra, el saqueo y la opresión son ya el “pan de cada día”. La UA se enfrenta al mayor desafío de su historia.

CIDAF-UCM

Autor

  • Nacido en Izco (Navarra), en 1942, estudió filosofía en Pamplona (1961-1964). Hizo el noviciado en Gap – Grenoble (1964-1965), con los Misioneros de África (Padres Blancos). Estudió Teología en el instituto M.I.L. de Londres, (1965-1969), siendo ordenado sacerdote en Logroño, en los Padres Blancos en 1969.

    Comenzó su actividad misionera en África en 1969, siendo enviado a la diócesis de Hoima en Uganda, donde estuvo trabajando en la educación, desarrollo y formación de líderes durante nueve años. Luego vivió un periodo de trece años en diversas ciudades europeas, trabajando en la educación y capacitación de los jóvenes (Barcelona 1979-1983)) , en Irlanda como responsable de la formación de los candidatos polacos (1983-1985), y en Polonia donde fue Rector del Primer Ciclo de Filosofía Polaco (1985-1991), y se doctoró en Teología espiritual en Lublin, donde fue nombrado profesor de la misma Universidad Católica de Lublin (KUL), de dicha ciudad, en 1991.

    Regresó a Uganda en 1992, y fue elegido Provincial de los padres Blancos de Uganda hasta 1999. Durante este periodo, fue también presidente de la Asociación de Religiosas-os en Uganda (ARU), y pionero en la construcción del Centro Nacional de Formación Continua (USFC). Además inició la Comisión de Justicia, Paz e Integridad de la Creación (JPIC) en 1994, trabajando en la formación de líderes en JPIC.

    En 2000 y 2004 cursó estudios sobre educación en Justicia, Paz, y Transformación de Conflictos, en Dublín. Desde su regreso a Uganda, fue pionero en la capacitación de agentes sociales en JPIC, y en el establecimiento del primer Consorcio de Educación Ética (JPIIJPC), lanzado por seis Congregaciones Misioneras, en 2006. Desde el inicio, y hasta junio 2011, ostentó el cargo de primer Director del Instituto. Al mismo tiempo fue profesor invitado de Ética en la Universidad de los Mártires de Uganda (UMU).

    En septiembre de 2011 fue nombrado director general de África Fundación Sur (AFS), organismo que dejó de existir en 2021. En la actualidad sigue trabajando por África al 100 % siendo, entre otras ocupaciones, editorialista en el CIDAF-UCM.

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