Dos mujeres periodistas egipcias, Sally Hasan y Fatima al Zahraa, del periódico al-Fagr, han sido sentenciadas a un mes en la cárcel, después de ser demandadas por un jeque por “invasión de su privacidad”. Las dos reporteras, ya habían sido absueltas y multadas a pagar entre las dos 5.000 libras egipcias y su director, Adel Hammouda a pagar otras 5.000.
Youssef al Badry demandó a las dos periodistas después de que escribieran un artículo que data de 2009, sobre la recepción de una sesión espiritual en la casa del jeque a cambio de 350 libras egipcias.
Badry consideró este artículo como una invasión de su privacidad y decidió demandar al periódico y a las escritoras, pero perdió, tras lo cual volvió a apelar.
El tribunal de Agouza inicialmente multó a cada periodista con 5.000 libras egipcias, y a Hammouda con otras 5.000, pero sin prisión.
La apelación ha retirado la multa y ordenado un mes de prisión, además de prohibir a las dos periodistas que escriban durante tres años.
Badry es conocido por presentar cargos contra pensadores y escritores en Egipto, por lo que escriben, incluso cuando no hablan de él personalmente.
La decisión de encarcelar y suspender a las periodistas ha sido recibida con indignación por la comunidad de derechos humanos y los defensores de la libertad de prensa.
“Es una desgracia que un periodista sea castigado por hacer su trabajo y este castigo es un asunto nada coherente con un país que vive una revolución para pedir libertad”, afirma la Red Árabe para los Derechos Humanos y la Información, ANHRI.
“Insistimos en pedir la cancelación de la sentencia de cárcel de las periodistas y que se ilegalicen este tipo de casos”, añade la organización en un comunicado.
El Centro de Derechos para la Democracia y los Derechos Humanos condenó la decisión, denominando el veredicto “una pena que roba la libertad de los escritores”.
“Los códigos que organizan el intercambio de información y el trabajo periodístico están desfigurados y son injustos”, dice la ONG en su comunicado. “No hacen más que añadir más trabas a la libertad de expresión y opinión en Egipto”.
Manar Ammar
(Bikya Masr, Egipto, 13-12-11)