Al menos 16 personas, incluidos niños, murieron en dos explosiones de bombas en dos campos de desplazados en el este de la República Democrática del Congo (RDC), según informan funcionarios del gobierno, las Naciones Unidas y un grupo de ayuda. Al menos treinta personas resultaron heridas cuando los proyectiles alcanzaron los campos de Lac Vert y Mugunga, cerca de la ciudad de Goma, capital de la provincia de Kivu Norte. Un residente de uno de los campos dijo a Al Jazeera que muchas de las víctimas dormían en sus tiendas cuando la zona fue atacada. El presidente Felix Tshisekedi, que estaba de viaje por Europa, decidió adelantar su regreso tras los atentados, según un comunicado de su oficina. Los ataques se produjeron menos de una semana después de la captura por parte del M23 de la estratégica ciudad minera de Rubaya, la cual alberga depósitos de tantalio, que se extrae del coltán, componente clave en la producción de móviles inteligentes. Fintan Monaghan, de Al Jazeera, informó que los proyectiles fueron disparados desde un área controlada por el M23, aunque el grupo negó cualquier participación en los ataques. Los medios nacionales han presentado información similar, diciendo que los proyectiles fueron disparados desde posiciones controladas por los rebeldes.
El ataque ha aumentado las tensiones entre el gobierno de Tshisekedi y el gobierno de Ruanda. El teniente coronel Guillaume Njike Kaiko, portavoz del ejército de la RDC en la región, informó que los ataques fueron represalias por ataques anteriores contra posiciones del ejército ruandés, en los que se destruyeron armas y municiones. Sin embargo, el gobierno de Ruanda señaló que «no asumirá la responsabilidad» de estos ataques, ya que no son responsables de los «fracasos del gobierno [de la República Democrática del Congo]«, acusando al Departamento de Estado de Estados Unidos por «culpar inmediatamente y sin ninguna investigación a Ruanda«. Una portavoz del gobierno de Ruanda, Yolande Makolo, declaró que sus Fuerzas armadas son un “ejército profesional” y por lo tanto nunca atacaría a personas desplazadas. En una publicación en X, Makolo culpó del ataque a las milicias apoyadas por el ejército congoleño. Por su parte, en una publicación en redes sociales, el portavoz del gobierno de la RDC, Patrick Muyaya, culpó al M23, que en los últimos dos años se ha apoderado de amplias zonas de Kivu Norte. El presidente Tshisekedi ha alegado durante mucho tiempo que Ruanda está desestabilizando al país por medio de su respaldo a los rebeldes del M23, cuestión que sostienen además la ONU y algunos países occidentales.
La intensificación de los combates en el este de la RDC ha obligado a cientos de miles de civiles a huir de las ciudades vecinas hacia Goma, que está situada entre el lago Kivu y la frontera con Ruanda y, en gran medida, aislada del interior del país. Alrededor de seis millones de personas han muerto y más de siete millones de personas han sido desplazadas desde que estalló la violencia en 1996.
Fuentes: Actualite, Al Jazeera y BBC
[Traducción y edición, Micaela Llona Bavestrello]
[CIDAF-UCM]
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