La Vía Campesina (Movimiento Mundial de Campesinos que, entre otras cosas, lucha por el reconocimiento del derecho a la soberanía alimentaria) ha publicado en su boletín electrónico del mes de octubre 2014 un artículo de Ignace Ramonet sobre el encuentro mundial del Papa Francisco con numerosos movimientos populares. El artículo comienza con estas palabras: “Día histórico en el Vaticano este martes 28 de octubre 2014”. Por tanto, justo antes de las jornadas históricas en Burkina, los días 30 y 31 de octubre 2014 (con la dimisión y huida del Presidente Blaise Compaore). Al día siguiente de estas jornadas históricas, el discurso del Pape Francisco aparece verdaderamente profético. A continuación ese artículo. Me limito a señalar en azul algunas palabras fuertes del Papa, así como algunas del presidente de Bolivia, Evo Morales, igualmente invitado a este encuentro.
Día histórico en el Vaticano este martes 28 de octubre 2014. Porque no es frecuente que el Papa convoque, en la Santa Sede, un Encuentro Mundial de los movimientos populares en la que participan organizaciones de excluidos y personas marginalizadas de los cinco continentes y de todo origen étnico y religioso: campesinos sin tierra o que ocupan ilegalmente propiedades, trabajadores informales urbanos, mujeres indignadas, recicladores…, pueblos indígenas en lucha… Varios de los líderes presentes están amenazados por los escuadrones de la muerte… En fin, una Asamblea mundial de condenados de la tierra. Pero, condenados que luchan y no se resignan.
Es aún menos frecuente que el mismo Papa se dirija a estas personas diciéndoles que quiere “escuchar la voz de los pobres” porque “los pobres ya no se contentan con padecer las injusticias sino que luchan contra su suerte» y él, el Papa, quiere «acompañarles en esta lucha».
Francisco les dijo también que “los pobres no esperan más con los brazos cruzados soluciones que nunca llegan; ahora, los pobres quieren ser actores de su destino y encontrar, ellos mismos, solución a sus propios problemas”, porque, añade el Papa, “los pobres no son personas resignadas, saben protestar y sublevarse”. Y añadió: «Espero que el viento de esta protesta se convierta en una tormenta de esperanza”.
El papa Francisco afirmó también:»La solidaridad es una forma de hacer la historia». Por eso hace suya la demanda de los pobres que reclaman «tierra, techo y trabajo». Y comentó: «Algunos, cuando pido por los pobres tierra, techo y trabajo, dicen que ‘¡el Papa es comunista’! No entienden que la solidaridad con los pobres es la base misma de los Evangelios»
El Papa Francisco recordó que «¡la reforma agraria es una necesidad moral!» Y, sin nombrarlo, acusó al neoliberalismo de ser fuente de muchos de los males contemporáneos. “Esto sucede – precisó – cuando se desplaza al ser humano del centro del sistema y se lo sustituye por el dinero-rey”. Repitió que “hay que alzar la voz». Y recordó que «los cristianos tenemos un programa que yo me atrevería calificar de revolucionario: las bienaventuranzas del Sermón de la Montaña trasmitidas por San Mateo en su Evangelio».
Un discurso fuerte, valiente, en plena consonancia con la Doctrina Social de la Iglesia a la que el Papa Francisco se refirió explícitamente. Hacía mucho tiempo que un Papa no pronunciaba una declaración tan social y tan «progresista» sobre un tema, los pobres, que constituye una de las bases fundamentales de la doctrina cristiana.
Esta intervención fue particularmente importante, ya que se anunció en presencia del Presidente de Bolivia, Evo Morales, icono de los movimientos sociales y líder mundial de los pueblos indígenas. Un momento después, y por cierto muy aplaudido, el presidente Morales tomó la palabra, ante el mismo público, para explicar, apoyándose en numerosos ejemplos, que «el capitalismo, que comercializa todo, ha creado una civilización del desperdicio». Hizo hincapié en la idea de que «hay que refundar la democracia y la política, porque la democracia es el gobierno del pueblo y no del capital y de los bancos.» Subrayó también «el respeto obligado de la Madre Tierra» y «la indispensable movilización contra la privatización de los servicios públicos». Sugirió a los movimientos sociales reunidos con ocasión de este encuentro de «crear una gran Alianza de los excluidos para defender los ‘derechos colectivos’ que complementan, a su juicio, los derechos humanos.
El sentimiento general de los participantes a este encuentro sin precedentes es que estas dos intervenciones de Francisco y el presidente Evo Morales confirman, por una parte, la nueva dimensión internacional del presidente boliviano, y por otro lado, el nuevo papel histórico del papa Francisco que, cada vez más, parece afirmarse como portavoz de los pobres de América Latina y de todos los excluidos del mundo.
Por Ignacio Ramonet
Transmitido y comentado en Kudugu, el 28/11/2014
Maurice Oudet Presidente del SEDELAN