Bernard Robinet, un francés de 69 años, casado y con tres hijos, fue llevado ante el fiscal y sometido a una orden de detención en la prisión de Ziguinchor, donde está en espera de juicio en el tribunal penal. El taxista retirado, que vive con su familia en Ziguinchor, está siendo procesado por pedofilia y abuso sexual de menores. Sin embargo, el francés que niega los hechos reconoce haber hecho regalos a la familia de uno de sus acusadores, «para ayudarlos».
La madre de una de las presuntas víctimas que frecuentan la casa de Bernard informo que «Mi hija me confirmó que Bernard Robinet le tocó sus senos y que él le dijo que no hablara con nadie. Por eso decidí presentar una denuncia para que se haga justicia”.
El periódico informa que otras dos mujeres de Kandialang, un distrito de Ziguinchor, han hecho las mismas acusaciones de pedofilia y abuso sexual de menores.
Fuente: Seneweb
[Fundación Sur]
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