La situación de la población del sur del país se encuentra en condiciones desastrosas: el azote de los huracanes ha llevado a que las personas, en muchos lugares, se encuentren todavía refugiadas en tiendas de campaña, mientras que las inundaciones siguen aumentando y las montañas y colinas no cesan de desmoronarse, según fuentes locales.
Después de un breve periodo de calma durante el pasado fin de semana, tal y como predijo el servicio meteorológico, la lluvia ha vuelto a esta región del país. Casi todas las colinas que rodean la capital presentan fallas y riesgos de deslizamientos de tierra, y muchas ya lo han experimentado. Los principales ríos, Sisaony, Ikopa y Mamba, se han desbordado en muchos lugares y han resultado ser mortales.
El número de víctimas aumenta día a día, sobre todo entre las poblaciones que se encuentran situadas en zonas con alto riesgo de deslizamientos de tierra e incluso las infraestructuras de la universidad de Ankatso han sido cerradas tras la evacuación del lugar.
Según un balance provisional del pasado 3 de marzo las regiones más afectadas por las inundaciones son Analamanga, Alaotra Mangoro y Vakinankaratra, con 20 muertos, cerca de 72.000 afectados de los que casi 30.000 han sido desplazados y 581 casas destruidas hasta el momento. Además, más de 6.300 hectáreas de campos de arroz se han inundado, lo que suma al desastre humano consecuencias económicas muy negativas. Tampoco las escuelas han podido reanudar las actividades académicas (muchas sirven como refugio) y muchos caminos que permiten la entrada de alimentos básicos se han visto drásticamente cortados.
Léa Ratsiazo
Madagascar Tribune – (Fundación Sur)