La formación de un ejército unificado sigue siendo un punto conflictivo en el gobierno de transición. La redacción de una nueva constitución y la preparación para las elecciones siguen siendo problemáticos.
A los vecinos de Sudán del Sur les preocupa que el país «todavía esté sangrando» por la violencia comunitaria, a pesar de la firma de un acuerdo de paz en 2020 por el presidente Salva Kiir y su rival Riek Machar.
Se esperaba que el gobierno de transición formado después del acuerdo de paz pusiera fin al conflicto que ha matado a cientos de miles de personas y desplazado a millones. Un millón de niños han huido del país más joven del mundo.
A principios de este mes, el presidente Salva Kiir anunció que las elecciones se llevarían a cabo sin realizar un censo, algo a lo que se ha opuesto Machar, ahora el primer vicepresidente.
Según informó Nicolás Mandil, de la BBC Juba, Machar declaró que las elecciones solo podrían llevarse a cabo después de que se formara un ejército nacional unificado, se escribiera una nueva constitución, se realizara un censo y se permitiera a millones de refugiados en los países vecinos regresar a casa para votar en las elecciones.
La inestabilidad política y las sucesivas guerras, sumadas a una climatología adversa, dejan un país empobrecido, presa del hambre y la violencia, a pesar de tantos recursos.
En 2017, la ONU declaró una hambruna en Sudán del Sur, Somalia, Nigeria y Yemen. Son algunos de los países con mayores tasas de desnutrición en el mundo, que afecta principalmente a los niños debido a la alta natalidad del país. Se calcula que más del 65 % de los desplazados dentro de Sudán del Sur aún no han cumplido los 18 años.
Sudán del Sur ha sufrido violencia étnica y ha estado en una guerra civil desde 2013; y a partir de 2017 tenía la puntuación más alta en el Índice de Estados Frágiles (antes, el Índice de Estados Fallidos), superando a Somalia, hasta que en el acuerdo de paz entre Salva Kiir y Riek Machar formaron un gobierno de unidad, que es más un proyecto que una realidad. El protagonismo de su integración pertenece al pueblo mismo del Sudan.
Lázaro Bustince
[CIDAF-UCM]