Democracia en Uganda y en otras sociedades, por Lázaro Bustince

13/01/2022 | Bitácora africana

Vivimos en una sociedad polarizada. Esto no es algo nuevo, pero su intensidad en África, y en otros continentes, sí que es preocupante.

Muchas democracias africanas se precipitan más hacia el autoritarismo, y dirigen los asuntos del gobierno y del país en clave tribal, de poder y de control de los recursos, tanto de los procedentes del propio país, como de los que llegan de otros gobiernos poderosos e interesados.

Nos preocupa la corrupción y la hipocresía en la política de Uganda y de otros países africanos, pero quizás lo más preocupante sea el desprecio de los diferentes poderes de un Estado democrático y de la Constitución, así como la exclusión de otras tribus y ciudadanos que son tratadas como enemigos del país.

libertad_poder_progreso_democracia_lucha_cc0.jpgLos famosos filósofos políticos Platón y Aristóteles temían la democracia por miedo a los demagogos que podían manipular a las personas sencillas y honestas. Por eso señalaban la importancia capital de la virtud y de la sabiduría. Todo estadista debe ser formado profesionalmente y además necesita largos años de formación en ética y en valores humanos.

Empoderados por la sabiduría, la profesionalidad y la responsabilidad podían participar en la política; o sea, en los asuntos de la sociedad. Para ser un gobernante democrático, por tanto, lo más importante no eran los votos, sino la sabiduría y los valores humanos de los líderes.

Winston Churchill admitió que la forma democrática de gobierno puede no ser la mejor forma de gobierno. Ciertamente, es mejor que los gobiernos autoritarios o totalitarios. Pero la gobernabilidad democrática funciona mejor cuando está dirigida por líderes íntegros y profesionales, así como por una sociedad informada y responsable.

En el peor de los casos, como vemos hoy, en Uganda y en otros países, como España, los gobiernos democráticos a menudo se han volcado hacia la política de divide y vencerás, enfrentando a una comunidad contra otra para ganar más votos, involucrándose en una retórica tribal, partidista y hasta religiosa.

Cuando los ciudadanos son despojados de su dignidad, cuando los seres humanos son excluidos de los valores éticos, entonces quedan reducidos por los poderosos a números, medios o máquinas para un fin político. En esta situación, la polarización, el enfrentamiento y la violencia se convierten en ingredientes de la sociedad humana en cualquier país del mundo.

Uno de los elementos centrales de la democracia es el diálogo y los acuerdos. Esta capacidad de diálogo ciertamente está disminuyendo. El mal uso de la palabra en los debates políticos ciertamente invoca pesimismo y sentimientos de desesperanza. Los líderes políticos pierden la decencia y usan todo tipo de palabras en público, ya sea en el parlamento o en otros foros públicos, y esto se ve en la mayoría de los países “democráticos”.

Las quejas no sirven. Lo que cada sociedad necesita, tanto en Uganda como en otros países, son ciudadanos y movimientos sociales bien preparados y comprometidos, con medios pacíficos, para denunciar las injusticias, garantizar el respeto a la Constitución, una gobernanza profesional y responsable, para crear una gestión justa de los recursos disponibles y nuevas alternativas de empleo y desarrollo sostenible.

Lázaro Bustince

[CIDAF-UCM]

Autor

  • Nacido en Izco (Navarra), en 1942, estudió filosofía en Pamplona (1961-1964). Hizo el noviciado en Gap – Grenoble (1964-1965), con los Misioneros de África (Padres Blancos). Estudió Teología en el instituto M.I.L. de Londres, (1965-1969), siendo ordenado sacerdote en Logroño, en los Padres Blancos en 1969.

    Comenzó su actividad misionera en África en 1969, siendo enviado a la diócesis de Hoima en Uganda, donde estuvo trabajando en la educación, desarrollo y formación de líderes durante nueve años. Luego vivió un periodo de trece años en diversas ciudades europeas, trabajando en la educación y capacitación de los jóvenes (Barcelona 1979-1983)) , en Irlanda como responsable de la formación de los candidatos polacos (1983-1985), y en Polonia donde fue Rector del Primer Ciclo de Filosofía Polaco (1985-1991), y se doctoró en Teología espiritual en Lublin, donde fue nombrado profesor de la misma Universidad Católica de Lublin (KUL), de dicha ciudad, en 1991.

    Regresó a Uganda en 1992, y fue elegido Provincial de los padres Blancos de Uganda hasta 1999. Durante este periodo, fue también presidente de la Asociación de Religiosas-os en Uganda (ARU), y pionero en la construcción del Centro Nacional de Formación Continua (USFC). Además inició la Comisión de Justicia, Paz e Integridad de la Creación (JPIC) en 1994, trabajando en la formación de líderes en JPIC.

    En 2000 y 2004 cursó estudios sobre educación en Justicia, Paz, y Transformación de Conflictos, en Dublín. Desde su regreso a Uganda, fue pionero en la capacitación de agentes sociales en JPIC, y en el establecimiento del primer Consorcio de Educación Ética (JPIIJPC), lanzado por seis Congregaciones Misioneras, en 2006. Desde el inicio, y hasta junio 2011, ostentó el cargo de primer Director del Instituto. Al mismo tiempo fue profesor invitado de Ética en la Universidad de los Mártires de Uganda (UMU).

    En septiembre de 2011 fue nombrado director general de África Fundación Sur (AFS), organismo que dejó de existir en 2021. En la actualidad sigue trabajando por África al 100 % siendo, entre otras ocupaciones, editorialista en el CIDAF-UCM.

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