Darfur vs Ogaden, Mugabe vs Meles

31/10/2007 | Opinión

Si la izquierda neutral es realmente neutral, ¿por qué sigue tratando con mano dura a los enemigos de los gobiernos occidentales mientras que ignora a los partidarios de occidente?

Muchos activistas de izquierdas y progresistas se declaran opuestos a la tiranía de la misma manera, tanto a la practicada por los amigos de los poderes imperialistas como a la de sus enemigos, pero no dicen nada de los sobradamente probados abusos de los estados clientes de Estados Unidos, tales como Arabia Saudita, Egipto y Etiopía, mientras que exhiben un entusiasmo carente de sentido crítico al denunciar a los enemigos del imperialismo anglo-americano, a menudo por crímenes que han sido exagerados o inventados para ser utilizados como pretexto para intervenciones occidentales y el cumplimiento de los objetivos imperialistas.

No hay mejor ilustración de esta tendencia a profesar una neutralidad por principios mientras que se exhiben regularmente prejuicios pro-imperialistas, que la actual obsesión con el supuesto genocidio en Darfur, y las demandas de una injustificada opresión política en Zimbabue, mientras que una serie de crímenes y opresiones prácticamente inadvertidos se llevan a cabo por los Gobiernos de países clientes de Estados Unidos y Gran Bretaña, como el de Meles Zenawi, de Etiopía.

En una guerra anti guerrillas, llevada a cabo en la región de los Ogaden, “las tropas etíopes están quemando pueblos enteros, violando a mujeres y matando a civiles como parte sistemática de una campaña para echarles de sus casas”. Los refugiados afirman que docenas de pueblos han sido destruidas y han “acusado al Gobierno de Etiopía de forzar a morir de hambre a su propio pueblo, impidiendo que los convoys de comida lleguen a sus poblados, y destruyendo sus cosechas y su ganado.*

“Un antiguo soldado etíope que desertó del ejército contó cómo había recibido órdenes de quemar pueblos enteros y matar a todos sus habitantes. Relató cómo la fuerza aérea etíope bombardeaba un pueblo antes de que las unidades de las tropas de tierra entrasen, disparando indiscriminadamente a los civiles. “Hombres, mujeres y niños, los matábamos a todos”, explicó.

El poco conocido conflicto de Ogaden, se desarrolla paralelamente a la más ampliamente conocida guerra de Darfur. El conflicto comenzó cuando los rebeldes mataron a decenas de guardias y empleados chinos de un campo petrolero dirigido por los chinos. El Gobierno respondió con un severo contraataque. “Investigadores de derechos humanos están recogiendo pruebas de una extendida utilización de la violación, con mujeres que informan de violaciones en grupos de hasta doce soldados. En algunos pueblos, los hombres han sido secuestrados por la noche, y sus cuerpos sin vida han sido arrojados de vuelta en sus pueblos a la mañana siguiente.

“Mientras que en Darfur, las agencias de ayuda humanitaria han podido establecer campamentos y dar algún tipo de ayuda humanitaria, en la región de Ogaden, se les ha prohibido operar” El Comité Internacional de la Cruz Roja ha sido expulsado y a los Médicos Sin Fronteras también se les ha impedido trabajar. También se ha prohibido la entrada a periodistas que han intentado llegar hasta allí, los que lo han intentado de todos modos han sido arrestados de inmediato”.

Pero mientras los neutrales izquierdistas se han forjado para sí mismos la imagen de testigos de moralidad superior falsa, ante la contra-insurgencia de Sudán en Darfur, que “ha sido descrita por los Estados Unidos como ‘genocidio’ y por las Naciones Unidas, como un ‘crimen contra la humanidad’, han guardado un completo silencio ante Etiopía, un recipiente de ayuda humanitaria militar británica y estadounidense».

Un alto cargo americano sobre asuntos africanos, la Secretaria de Estado Adjunta, Jendayi Frazer, visitó un pueblo en la región de Ogaden el mes pasado. A su regreso a la capital de Etiopía, Addis Abeba, criticó a los rebeldes y dijo que los informes sobre abusos militares eran meras acusaciones. “Nosotros pedimos con insistencia a todos los Gobiernos que respeten los derechos humanos y que intenten evitar las muertes de civiles, pero eso es algo muy difícil cuando se está combatiendo una insurgencia”, declaró la funcionaria americana.

A los enemigos oficiales de occidente nunca se les permite esta misma latitud al combatir sus propios movimientos insurgentes, (a menudo financiados e instigados por Gran Bretaña y Estados Unidos), una doble moral respaldada por los izquierdistas neutrales con sus prolijas condenas a los esfuerzos anti-insurgencias de los enemigos oficiales y su silencio comparativo ante los estados clientes de occidente. “Estados Unidos da alrededor de 283 millones de dólares de ayuda militar y humanitaria a Etiopía y ha entrenado a su ejército, uno de los más grandes y poderosos de África”.

Comparemos a Robert Mugabe de Zimbabue con el Primer Ministro de Etiopía, Meles Zenawi. Por intentar dotar a la independencia de Zimbabue de un contenido real, (reforma agraria y indigenizar la economía), Mugabe ha sido insultado por los funcionarios británicos y norteamericanos y los medios de comunicación de occidente, como un bruto que haría cualquier cosa para permanecer en el poder, hasta robar las elecciones para reprimir a la oposición. Las elecciones que se dice que robo Mugabe, recibieron el visto bueno de la Comunidad Africana de Desarrollo de Suráfrica, una organización de los países vecinos y la oposición operó de manera libre, a pesar de el respaldo abierto y la financiación por parte de los poderes de occidente en su intento de lograr un cambio de régimen, en su agenda anti independencia.

Por ser la apuesta de occidente en el Cuerno de África, Meles en Etiopía es colmado con ayuda de Gran Bretaña y de Estados Unidos y fue seleccionado por Tony Blair para sentarse en la Comisión Británica para África, para liderar el “renacimiento africano”. Los izquierdistas neutrales en lugar de decir nada sobre el líder africano favorito del Gobierno británico, y de todo Occidente, prefieren encauzar sus energías hacia otro lado como pedir la intervención militar de los Estados Unidos en Darfur y compitiendo en ver quién puede hacer gala de la mayor estridencia al denunciar el Gobierno de Mugabe (contribuyendo al programa de rechazar a Mugabe y a sus políticas pro-independencia y acogiendo al MDC, el partido de la oposición de Zimbabue, Movimiento para el cambio democrático, y sus políticas pro-dependencia de occidente). De alguna manera, el resultado final de todo esto es dar a occidente un control más firme de África.

Y sin embargo la represión política de la que es acusado Mugabe es practicada ardientemente por Meles. Es más, incluso si cada una de las acusaciones lanzadas contra Mugabe fueran verdad (que la mayoría no lo son), todavía sería un ángel comparado con Meles.

Tras la elecciones generales de mayo de 2005 en Etiopía, que la oposición denunció por manipuladas, “las fuerzas de seguridad abrieron fuego contra los manifestantes, matando a 193 personas”. Miles de partidarios y líderes de la oposición fueron detenidos y encarcelados. “Más de 100 líderes de la oposición han sido juzgados por traición, mientras que la represión policial se ha intensificado. Se han prohibido los mensajes de texto con los móviles porque fueron utilizados para organizar las manifestaciones de protesta de 2005”.

El estado pedía que se impusiese la pena de muerte para los 38 líderes de la oposición, entre los que se incluye el fundador del Consejo de Derechos Humanos de Etiopía, un antiguo abogado de acusación de crímenes de guerra de Naciones Unidas y el alcalde electo de Addis Abeba. El Tribunal rechazó la recomendación de la fiscalía, pero condenó a los líderes de la oposición a cadena perpetua. Después fueron liberados, pero sólo después de que interviniese Estados Unidos.
“Gran Bretaña todavía da a Etiopía 130 millones de libras en ayuda cada año, más que a cualquier otro país africano”, mientras que lleva a cabo una incesante campaña de demonización contra Robert Mugabe y bloquea el acceso de Zimbabue al crédito internacional. ¿Cómo es que Meles, que ha cometido crímenes mucho más graves que ninguno de los que se le ha acusado a Mugabe, es colmado de honores y ayuda humanitaria, mientras que Mugabe es tratado como la versión africana de Hitler, y su país es objeto de una guerra económica?

La respuesta está en la realidad de que Meles actúa como el perro guardián de Washington en el Cuerno de África, invadiendo Somalia para sofocar a un Gobierno pro-independencia, mientras que Mugabe ejerce una política exterior independiente y pone en práctica reformas que dan un contenido significativo a la independencia de Zimbabue.

Cómo es que muchos activistas de izquierdas y progresistas, aún profesando la neutralidad, canalizan la mayoría de su energía hacia campañas que deploran a los enemigos oficiales del imperialismo anglo americano, mientras que se quedan prácticamente callados ante las opresiones cometidas por los estados clientes de Estados Unidos y Gran Bretaña?

La respuesta tiene mucho que ver con los medios de comunicación y con cómo los activistas de izquierdas y progresistas reacciones ante ellos. Las noticias de los medios de comunicación están estructuradas para informar sobre los que los funcionarios del estado dicen y hacen. Para recolectar apoyo a sus políticas, los funcionarios del Estado emiten comunicados públicos sobre los asuntos sobre los que desean atraer la atención pública, mientras que desvían la atención de los acontecimientos que ellos prefieren que pasen desapercibidos. Porque los funcionarios de Estado de occidente hacen frecuentes referencias a Zimbabue, y muy pocas, o ninguna, a Etiopía, aparecen en las noticias docenas de historias sobre Zimbabue por cada una que aparece de Etiopía. En este sentido, los políticos, trabajando a través de los medios de comunicación, pueden establecer una agenda pública a seguir, no sólo por los medios, sino también por los activistas neutrales de izquierdas, en la cual se sitúa a Mugabe muchos escalones por encima de Meles, y a Darfur mucho más arriba a Ogaden. Los activistas de izquierdas y progresistas hablan sobre Mugabe y Darfur porque los medios de comunicación lo hacen y los medios de comunicación lo hacen porque los funcionarios de Estado de los países de occidente lo hacen.
Pero los neutrales izquierdistas apenas hablan de Meles y de Ogaden porque los medios apenas lo hacen, y los medios apenas lo hacen porque los funcionarios de Estado de occidente casi nunca lo hacen (y no quieren hacerlo). El resultado es que mientras ejercen neutralidad, muchos activistas de izquierdas y progresistas han sido reclutados sin darse cuenta por las agendas establecidas en Washington y en Londres.

Estas son las condiciones que, en parte, llevan a la izquierda neutral a dedicar una cantidad considerable de energía a denunciar a los enemigos oficiales de los Gobiernos occidentales, mientras que emplean muy poco tiempo hablando sobre, o haciendo campaña contra, los regímenes opresores que reciben ayuda y apoyo de occidente. Los izquierdistas neutrales han sido rápidos en denunciar el gobierno militar de Myanmar (un enemigo oficial) por su represión contra un grupo religioso, mientras que apenas dicen nada sobre el Gobierno militar de Pakistán, (un estado cliente) por una igualmente sangrienta represión de un grupo religioso. Los izquierdistas neutrales son sumamente sensibles a la crisis humanitaria de Darfur (condenada oficialmente), mientras que apenas dicen nada sobre la crisis mucho más grande de Irak (oficialmente ignorada) o la crisis humanitaria de Ogaden (también oficialmente ignorada). Los izquierdistas neutrales apenas dicen nada sobre Meles Zenawi, un bruto acusado de manipular las elecciones que amenaza a sus oponentes políticos con la pena de muerte, que ha invadido otro país, y comete crímenes contra la humanidad dentro de sus propias fronteras (y está respaldado por occidente) mientras que escupen con desprecio a Robert Mugabe, que no ha hecho ninguna de estas cosas (pero no está respaldado por occidente).

En todo lo que hace, a pesar de profesar la neutralidad, la izquierda neutral es pro-imperialista, no neutral. El momento en que sus miembros dediquen a hacer campaña contra los Gobiernos de Egipto, Etiopía, Pakistán, Arabia Saudí y Turkía, la mitad de la energía que dedican a protestar contra los Gobiernos de Zimbabue, los Talibán, Corea del Norte, Bielorrusia e Irán, será el momento en que sus afirmaciones de no apoyar ni al imperialismo ni a los enemigos oficiales de manera incondicional, serán más sólidas y no una retórica decepcionante.

Stephen Gowans

* Todas las citas son de ‘El Darfur de Etiopía’, de Steve Bloomfield, artículo publicado cuando los habitantes de los pueblos huían de la violencia respaldada por el Gobierno, en el diario ‘The Independent’, el 17 de octubre de 2007.

http://news.independent.co.uk/world/africa/article3067244.ece

Artículo recogido de la página web Ogaden Online www.ogaden.com

Se puede contactar con el autor en gowans.wordpress.com

Traducido por Rosa Moro, del Departamento África de la Fundación Sur.

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