
Las conversaciones de la cumbre climática COP30 en Belém, Brasil, se suspendieron el jueves, 20 de nov. 2025, tras un incendio en el recinto, lo que provocó evacuaciones que paralizaron las negociaciones entre más de 190 delegaciones. La cumbre debía concluir el viernes, y la interrupción se produjo en un momento crítico, con los países enfrascados en tensos debates sobre los combustibles fósiles y la financiación climática. El resultado de estas conversaciones se considera ampliamente como la prueba de fuego para convertir décadas de compromisos climáticos en acciones concretas.
Los debates de la COP30 giraban en torno a tres grandes preguntas, según los medios:
- ¿Cómo pueden los países intensificar la acción climática?
Con el calentamiento del planeta a un ritmo récord y la intensificación de los desastres climáticos consecuentes, la reducción de emisiones y la adaptación a los impactos dominan la agenda.
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- Contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC) con planes climáticos nacionales que se actualizan cada cinco años. La COP28 acordó la transición hacia el abandono de los combustibles fósiles. Ahora, los negociadores deberán establecer una hoja de ruta más clara y concreta para dicho cambio, con indicadores del progreso.
- 72 países ya han presentado planes de actualización, pero la mayoría carece de financiación.
- La Hoja de Ruta para la financiación forestal ya cuenta con el respaldo de 36 gobiernos que representan el 45 % de la cobertura forestal mundial y cuyo objetivo es cerrar una brecha anual de 66.800 millones de dólares para la protección y restauración de los bosques tropicales.
- ¿Cómo pueden el dinero y la tecnología llegar a quienes más lo necesitan?
Las promesas políticas por sí solas no resolverán la crisis climática, necesitan recursos reales y tecnología.
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- Los países desarrollados deben apoyar financieramente a los países en desarrollo, como se acordó en Paris y lo han ratificado en Belém, para alcanzar 1,3 billones de dólares.
- Programa para mejorar el acceso a las tecnologías climáticas, pero las negociaciones siguen divididas por las barreras financieras y comerciales.
- ¿Cómo puede la acción climática ser justa e inclusiva?
Incluso con financiación, las grandes transiciones corren el riesgo de profundizar las desigualdades a menos que protejan a las comunidades vulnerables. Los negociadores deberían trabajar en marcos para garantizar la equidad:
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- Promover la justicia social, el trabajo decente y el desarrollo sostenible. Los países esperan un marco práctico alineado con las realidades de los trabajadores y las comunidades.
- Integrar la perspectiva de género en la acción climática, y garantizar la justicia para los pueblos indígenas, así como para África y los países en desarrollo que son los que sufren más las consecuencias y los desastres, aunque sean los que menos contribuyen a la crisis.
Conclusión:
Con la ausencia notable de los mayores causantes del cambio climático por el consumo irresponsable de energía a partir de los productos fósiles, marginando la producción de energía desde los productos renovables, las grandes potencias de EEUU, Rusia, China, India, etc., seguirán causando el calentamiento climático y la contaminación de aire, tierras, mares y ríos con sus graves consecuencias y desastres naturales y contaminando la naturaleza con la explotación de los recursos fósiles, sin ninguna consideración por el bien común y el cuidado del planeta.
Los poderosos seguirán acaparando los recursos naturales para su propio poder y paraísos fiscales, destruyendo la naturaleza de todos, mientras los pueblos más oprimidos y marginados que sufren las mayores consecuencias: sin agua, electricidad, techo, trabajo y tierra, los sigamos permitiendo.
CIDAF-UCM
