Cuestiones ante las demandas de pago de Wade por proyectos estatales

16/11/2009 | Crónicas y reportajes

Uno de los diversos grandes proyectos panafricanos del presidente de Senegal Andoulaye Wade, que el líder senegalés de avanzada edad quería cumplir para diciembre de 2009, ha resultado ser un fiasco, principalmente por una oportuna financiación inadecuada.

Esto se ha agravado por maniobras verbales sin fin sobre los derechos intelectuales o de propiedad entre el presidente Wade y sus numerosos detractores, principalmente diversas organizaciones de la sociedad civil de Senegal y políticos de la oposición.

“Este monumento no le cuesta dinero al estado, sino terreno… todo lo que debemos hacer es intercambiar el terreno por el monumento”, explicaba el presidente Wade a la prensa sobre el proyecto en el aeropuerto internacional Sedar Senghor, en Dakar, al comienzo de la construcción de un monumento, en 2007. Pero el presidente ni aclaró los costes económicos de la construcción ni el espacio exacto o número de acres necesarios para la construcción de dicho monumento.

Ese fue el comienzo de la confusión que todavía sigue siendo un misterio o un ejercicio de lógica difícil de descifrar, debido al hecho de que se van a pagar 12.000 millones de francos CFA [más de 100 millones de euros] por el contrato de unos ingenieros de Corea del Norte que están construyendo el monumento.

A la finalización del proyecto, el presidente Wade reclama que el 35 % de la recaudación del proyecto le será pagado a él mismo, mientras que el restante 65 % será propiedad del estado. El erudito líder basa sus reclamaciones en el hecho de que él es el único propietario de los derechos intelectuales del proyecto.

Wade asegura que dedicará sus honorarios, por propiedad intelectual, a la construcción de guarderías por toda África, en un intento de promover su inquebrantable esfuerzo por aumentar los índices de alfabetización e intensificar el desarrollo en el continente. En la actualidad, alrededor del 40 % del presupuesto nacional de Senegal está dedicado a la educación, algo raro en África.

El presidente Wade apoya sus derechos intelectuales en un pasaje de uno de sus libros, publicado hace casi 20 años, y en el que lanza una hipótesis: “si yo fuera un escultor, erigiría tres personalidades con sus brazos extendidos para abrazarse. Dos de ellas, Europa y Estados Unidos, estarían en un nivel superior y cerca la una de la otra”.

“La tercera, África, estaría un poco distanciada de las otras dos y más destacada con pureza y fortaleza, y también estaría extendiendo los brazos para abrazar”, escribió. Esto fue interpretado por los escultores coreanos como su fuera una pareja con su hijo en sus manos.

Algunos elementos del virulento frente senegalés de los grupos de la sociedad civil y grupos políticos de la oposición acusaron a Wade de plagio pero no dieron pruebas tangibles.

El presidente Wade declaró, después de ganar las elecciones presidenciales del año 2000, que había inspeccionado el mundo de los artistas para que un escultor excelente tradujera su imaginación en una imagen concreta, en la forma de un monumento que presentaría a África deshaciéndose de todas las fuerzas negativas, mientras emergía en un nuevo mundo libre.

Wade explicó que al principio evaluó las figuras del famoso escultor senegalés, Osman Sow, que era aclamado internacionalmente, pero no le satisfizo y entonces probó con un gran escultor polaco, Virgil Magherusan, pero también en vano.

Finalmente, dio con una compañía de Corea del Norte, conocida como MOP y un equipo francés de supervisores y les dio el contrato a ellos.

Pero incluso el modo en que Wade eligió a los contratistas ha sido duramente criticado por las organizaciones de la sociedad civil y los políticos de la oposición en Senegal, que le han tachado de antidemocrático y opaco en sus ofertas de contratos.

Según el jefe de los coreanos, So Yong, cuando esté completado, el monumento superará la prueba del tiempo afrontando las tormentas e inclemencias del tiempo durante 1.200 años.

Desafortunadamente, el monumento, el más alto del mundo, con 150 metros de alto, más alto que la estatua de la libertad de Estados Unidos, no será inaugurado por el presidente de Brasil, Lula Da Silva, como estaba previsto, para el 11 de diciembre.

La fecha también había sido programada para coincidir con el día de la inauguración de otro de los proyectos panafricanos del señor Wade, el Tercer Festival de Arte Negro, que quería enlazar a miles de los más famosos artistas y profesionales de la cultura del mundo. Lamentablemente, incluso ese festival ha sido pospuesto debido a asuntos sin terminar en el plazo previsto.

Además del monumento, el recinto tendrá un museo, restaurantes, salas audiovisuales y una serie de instalaciones que atraerán a los turistas y por tanto generarán beneficios para el país.

Además de estos dos proyectos, Wade todavía persigue su sueño del “Muro Verde”, una agenda medioambiental que consiste en plantar árboles en alrededor de un kilómetro de ancho, que vaya desde Senegal hasta Somalia, en un intento de impedir la invasión del desierto del Sáhara hacia el sur.

Uno más de sus ambiciosos proyectos es aquel que le convertirá a él en “gobernador de Senegal en los Estados Unidos de África”.

TAMBA JEAN-MATTHEW, Corresponsal de Daily Nation.

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