La nacionalización del petróleo por parte de Argelia significó desprenderse de las compañías petroleras francesas que operaban en los yacimientos de petróleo descubiertos en el Sáhara, un hecho que obtuvo el apoyo de las autoridades argelinas en general, y de la Confederación General del Trabajo.
La decisión de Argelia fue el resultado de una negativa por parte de Francia a llevar a cabo un aumento en los impuestos del petróleo. El precio de los impuestos, por tanto, estaba en disputa, pero también se pedía un cambio en las empresas francesas para permitir un mayor control de Argelia. Su vecino, Libia, sí logró aumentar los impuestos de las empresas internacionales que operaban en su territorio y también la OPEP exigían este incremento fiscal. Los argelinos lograron beneficiarse con este tipo de factores en las negociaciones internacional e impusieron unilateralmente nuevas tasas de impuestos a las empresas francesas.
Por su parte, los implicados franceses se negaron a las medidas argelinas. Pero en febrero de 1971 en la Casa del Pueblo, la decisión anunciada por Argelia acabó por materializarse: Argelia tomó posesión del 51% del capital de las empresas francesas, porcentaje que se rebajó al 49% poco después, y el impuesto fue aumentado a 3.60 dólares por barril.
Cuarenta y cuatro años después, la celebración de este acontecimiento aún se conmemora, tanto por el gobierno como por la oposición, que llaman a la población argelina a festejar el suceso histórico que marcó la economía de tantos países.
LAKHDAR A.
La Nouvelle République – Fundación Sur