por la cuestión electoral y, más precisamente, por la cuestión de la alternancia a la cabeza del país. Tal y como mostró la crónica política de la RDC de 2014-2015 , desde 2014, la mayoría presidencial (MP) ha puesto en pie toda suerte de estrategias jurídicas y políticas para mantenerse en el poder después de 2016. Desde el punto de vista jurídico, la principal estrategia ha sido tratar de modificar la Constitución a fin de permitir al presidente Kabila que, según la misma, no debería volver a presentarse en 2016, y optar a un tercer mandato. Desde el punto de vista político, más allá del nombramiento de personas próximas en varias instituciones públicas como la Comisión nacional electoral independiente o la Corte constitucional, el poder apostó por un retraso, ligado a aspectos técnicos, en la organización de los comicios a fin de evitar la alternancia política. Bastó que el Tribunal constitucional interpretara el artículo 70 de la Constitución en el sentido de que, en caso de no organización de elecciones, correspondiera al Presidente en ejercicio continuar ejerciendo el poder.
Pero, si bien semejante estrategia política triunfó, quedaba por saber hasta cuándo este estado de ilegitimidad iba a continuar. Porque, en efecto, al poner en práctica semejantes estrategias, el poder establecido no tuvo en cuenta las divisiones que se producirían en el seno de su mayoría por los desacuerdos relativos al respeto de la Constitución. Bajo la presión tanto de la comunidad internacional como de la sociedad civil local, que están lejos de dejarse engañar, se observaron, nos parece, algunos avances por parte del gobierno: la revisión del fichero electoral y el lanzamiento del enrolamiento de electores en Gbadolite, capital del Nord-Oubangui; aunque la oposición no parece estar de acuerdo.
La presente crónica trata ampliamente todas estas cuestiones. Analiza, en primer lugar, el cisma en al seno de la MP. Habla sobre el principal actor disidente de esta mayoría – Moïse Katumbi, antiguo gobernador de la ex-provincia de Katanga – y sobre el pretexto del diálogo y de las concertaciones como pasos previos a las elecciones, pero que en realidad aparecen como discursos del poder para tratar de ganar tiempo con el objetivo de permanecer en el poder. Esta crónica, además, proyecta una mirada sobre el agrupamiento de la oposición política congoleña que se ha producido en 2016 en Bélgica. Por fin, trata de la CENI y del problema de “deslizamiento/aplazamiento” planteado con relación a la organización de las elecciones.
[Traducción, Ramón Arozarena]*
* Desde África Fundación Sur deseamos agradecer el esfuerzo de Ramón Arozarena por dar a conocer a conocer la actualidad de Ruanda, Burundi y la República Democrática del Congo a través de su trabajo desinteresado de traducción al castellano de la obra de investigación coordinada por el catedrático de Ciencias Políticas de la Universidad de Amberes, Filip Reyntjens.
[Fundación Sur]