Crisis políticas en África: un continente en perpetuo movimiento

23/12/2009 | Opinión

Desde los años 90, África está minada por numerosas crisis de liderazgo político que no cesan de frenar su desarrollo.

El caso de Costa de Marfil

Se recordará que la crisis marfileña se transformó en guerra civil tras los asesinatos del general Robert Guei y su mujer Rosa en 2002. Costa de Marfil se dividió en dos campos, como Berlín, quedó separada por el muro. Señalemos que esta crisis tiene como base el rechazo de la candidatura del opositor y antiguo primer ministro Alassane Dramane Ouattara, a la elección presidencial de 1995. Se plantearon dudas sobre su nacionalidad marfileña por el entonces presidente Henry Donan Bédié.

Este último temía perder la cara ante un adversario de talla. Se trataba en consecuencia de un conflicto de interés personal que arrastrará el país a un baño de sangre que durará 5 o 6 años. Y, como siempre, será la población la que pagará el pato. Cuando vemos al actual presidente Laurent Gbagbo aferrarse él también al poder y hacer todo para ralentizar el proceso electoral, que debería haberse realizado desde 2005, se tiene la impresión de que se trata de una droga a la que son adictos quienes disfrutan del sillón presidencial.

Guinea no se queda atrás

Decididamente, nadie, o casi nadie, escapa a la fiebre del poder. El caso de Guinea es tan triste como otros. La junta militar, en el poder desde 2008, había prometido, bajo el mando de su jefe, el capitán Moussa Dadis Camara, llevar a cabo la transición y organizar las elecciones antes del fin de año 2009, para posteriormente regresar a los cuarteles. Sólo que, meses después de la toma del poder, la posición de Dadis ha cambiado; lanzaba dudas sobre si sería o no candidato en las elecciones. Hasta que, finalmente, el hombre ha expresado claramente sus ambiciones presidenciales. Es lo que, más tarde, le va a causar problemas. En efecto, deseosos de impedir a cualquier precio que la oposición llevara adelante su campaña y sus coaliciones, cometerá el acto irreparable en el Estadio del 28 de septiembre, de este año. Nos enteraremos posteriormente que cargó las responsabilidades de las masacres sobre la cabeza de su ayuda de campo Toumba Diakité. Será éste, que no quería servir de cobaya, quien disparará a quemarropa contra su jefe el 3 de diciembre pasado en el campo donde se había refugiado. Pues bien, la crisis guineana corre el serio peligro de transformarse en guerra civil. Señalemos que Guinea conoce un grave problema étnico entre los malinké y los peul.

Alerta en Madagascar

Tampoco la crisis malgache está pronta a resolverse. Recordemos que el joven presidente Andry Rajoelina expulsó del poder a Marc Ravalomanana por medio de un levantamiento civil. Al joven alcalde de 35 años se le prohibió su cadena de TV. Marc Ravalomanana rechazó categóricamente la difusión de los programas del joven alcalde y antiguo disc-jockey. Decidido a todo, el en adelante presidente decide desalojar a su presidente del palacio; algo que logrará. Tras la ascensión de Andry Rajoelina a la cabeza del país, la comunidad internacional sancionó vivamente el golpe de fuerza.

Siguieron diversas mediaciones. Se lograron acuerdos con los antiguos presidentes Albert Zaff, Marc Ravalomanana y Didier Ratsiraka. Desdichadamente, esta mediación no dio sus frutos ya que, Andry Rajoelina rechazó participar en la última reunión. Rechazó incluso el acceso a la isla de los tres antiguos presidentes; éstos han recibido visados por parte de las autoridades surafricanas hasta el 20 de enero próximo.

Señalemos que lo que le ha sucedido al presidente depuesto no es sino una “vuelta del calcetín”, ya que él también, ha sido alcalde de Tana bajo la presidencia de Didier Ratsiraka, con la diferencia de que estos dos habían competido en las urnas. El joven alcalde ha tenido mucha prisa, ya que todavía no tenía la edad requerida para presentarse a la elección presidencial. Visiblemente no quería esperar tanto tiempo.

Gobernanza política y función de los mediadores

El problema de la mayoría de nuestros dirigentes en África es que cada uno tiene como objetivo primero su interés personal antes de pensar en los otros. Se dirá que esta idea no es sólo propia de los africanos, ciertamente. No obstante, es en África donde los conflictos de interés engendran las crisis y contribuyen a la regresión del desarrollo de nuestros países.

Las mediaciones sirven para la resolución de los conflictos entre diferentes facciones en desacuerdo. Sin embargo, estas mediaciones no terminan siempre con éxito. Los criterios de selección cuentan enormemente a la hora de la designación del mediador. Hay que desplegar a las persona en función de las crisis. Si tomamos el ejemplo de Guinea, el presidente burkinés no es forzosamente el hombre de la situación, ya que él mismo surgió de un golpe de Estado. Por lo tanto, es difícil que llegue a satisfacer convenientemente a las dos partes. Por el contrario, él ha llevado a cabo una excelente tarea de mediación en Costa de Marfil porque los protagonistas son civiles.

Que África se rehaga

Ya es hora de que África se rehaga; que los líderes políticos, los dirigentes públicos y privados, los actores de desarrollo, tomen conciencia de que sólo cuando accedamos a la independencia económica podremos ir hacia delante. Ello no será posible más que si cada dirigente acepta abandonar el poder en su momento y hora y cuando respetemos las constituciones de nuestros Estados.

Hay que tener fair-play y aceptar la derrota, porque no significa una fatalidad. No estar siempre tendiendo la mano; no esperar siempre a los donantes de fondos. Y, sobre todo, saber decir no a la ayuda pública de Occidente. Es hora de que nuestros dirigentes comprendan que la colonización terminó hace ya mucho tiempo.

Hawa Séméga

Publicado en Journal du Cameroun, el 23 de diciembre de 2009).

Traducido por Ramón Arozarena.

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