El alto funcionario de Naciones Unidas sobre los derechos humanos en Sudán del Sur informó que aún nadie había sido detenido en conexión con las últimas masacres de civiles. En un comunicado presentado el domingo, el director de derechos humanos de la Misión de Naciones Unidas en Sudán del Sur (UNMISS), Eugene Nindorera, declaró estar «devastado» al escuchar los testimonios de las víctimas causadas por la ofensiva del gobierno, que ha asesinado a al menos 16 personas y desplazado a más de 23.000.
La continua impunidad es para Nidorera uno de los mayores desafíos para acabar con la violencia en la guerra civil de Sudán del Sur, que se encuentra en su cuarto año: «Puedo confirmar que hasta el presente domingo nadie ha sido detenido en conexión con los ataques contra los civiles. He hablado con las víctimas y los testigos y me afectaron tremendamente sus testimonios de como tuvieron que huir de sus casas después de ser atacados. Es más importante que nunca que los culpables sean responsables por los crímenes que cometan».
De acuerdo con Naciones Unidas, hasta el martes pasado se habían registrado más de 17.000 nuevas llegadas a los campos de refugiados, principalmente mujeres y niños, mientras que más de 5.000 personas se habían refugiado en la iglesia católica de Wau. La llegada masiva de refugiados estaba llevando al límite la capacidad de ofrecer servicios humanitarios.
Distintos testigos aseguraron que soldados leales al presidente de Sudán del Sur, Salva Kiir, atacaron a civiles de los grupos étnicos Fertit y Luo en respuesta a un ataque de las fuerzas rebeldes. La Unión Africana (UA) y el gobierno de Sudán del Sur prometieron hace años crear un tribunal para juzgar a los líderes por sus crímenes de guerra.
Decenas de miles de personas han sido asesinadas y millones desplazadas en el mayor estallido de violencia en el país desde que se independizó de su vecino Sudán en julio de 2011.
Fuente: Sudan Tribune
[Traducción y edición, Fernando Martín]
[Fundación Sur]
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