Construyendo convivencia a través del diálogo, por Lázaro Bustince

27/09/2024 | Bitácora africana, Opinión

Dos realidades son evidentes en nuestro mundo actual: la relevancia de una buena convivencia social en sociedades muy diversas e interculturales, junto con el medio más necesario y exigente para conseguirlo, como es la capacidad de diálogo.

Cristina Inogés Sanz, teóloga, es miembro del concilio universal (2021-2024) sobre la Sinodalidad, con voz y voto en todos los temas.

Por primera vez en semejantes congresos internacionales, todas las personas y pueblos, de cualquier país, cultura y religión del globo, han podido participar.

El papa Francisco quiere alejar de cualquier filosofía y religión todo lo que significa machismo, privilegios y autoritarismo, para centrar nuestra atención sobre quienes habitan los márgenes y las periferias de las sociedades y de la vida.

Sinodalidad, significa «caminar juntos», y nos muestra lo importante que es escucharnos mutuamente, dejando los prejuicios a un lado, para ser capaces de incorporar a la práctica de nuestra vida diaria la presencia y las voces de quienes durante siglos han estado en los márgenes, las periferias y hasta fuera de la sociedad.

En la Asamblea global de jóvenes de Lisboa, en agosto de 2023, el papa insistió en que en la Iglesia y en nuestras sociedades y pueblos, caben «¡todos, todos, todos!». No dejaba de ser otra forma más de insistir en que nadie debe estar –y menos permanecer– en los márgenes, las periferias o, incluso, las fronteras de nuestra sociedad.

En los márgenes, sobre todo, viven los jóvenes, sin empleo y oportunidades, también los migrantes, muchas veces llegados a nuestras ciudades desde muy lejos, pero algunas veces desde nuestro propio país, las mujeres abusadas, los ancianos en la soledad y algunos grupos y comunidades marginadas, como LGTBIQ.

Nadie puede pretender vivir en solitario pues somos seres sociales llamados a vivir en relación con otras personas. Todos necesitamos una relación de corazón, de intimidad, de empatía, de ser con y para los otros.

La Mesa del mundo es planetaria y para todos. Esta convivencia exige una escucha mutua, respetuosa y constante. La escucha debe convertirse en un estilo de vida y de diálogo para que todos podamos tomar parte en los procesos de decisión.

Si algo nos sorprende cuando seguimos la mayoría de encuentros y mesas redondas es la falta de escucha mutua y, por tanto, de diálogo. Con excesiva frecuencia falta hasta el mínimo respeto mutuo.

El mero hecho de vivir y trabajar juntos no garantiza ese diálogo respetuoso que es fundamental para construir toda convivencia social que sea justa, pacífica y atractiva. Incluso dentro de las familias y en comunidades religiosas encontramos, con excesiva frecuencia, una falta de escucha y de diálogo respetuoso, y hasta un excesivo autoritarismo.

Nunca habíamos estado los pueblos tan conectados técnicamente y sin embargo, nos cuesta aprender a escucharnos mutuamente con respeto y empatía, incluso en nuestras comunidades religiosas, para garantizar un diálogo constructivo y una cooperación eficaz y transformadora en una convivencia y cooperación armoniosa.

Lázaro Bustince

CIDAF-UCM

Autor

  • Nacido en Izco (Navarra), en 1942, estudió filosofía en Pamplona (1961-1964). Hizo el noviciado en Gap – Grenoble (1964-1965), con los Misioneros de África (Padres Blancos). Estudió Teología en el instituto M.I.L. de Londres, (1965-1969), siendo ordenado sacerdote en Logroño, en los Padres Blancos en 1969.

    Comenzó su actividad misionera en África en 1969, siendo enviado a la diócesis de Hoima en Uganda, donde estuvo trabajando en la educación, desarrollo y formación de líderes durante nueve años. Luego vivió un periodo de trece años en diversas ciudades europeas, trabajando en la educación y capacitación de los jóvenes (Barcelona 1979-1983)) , en Irlanda como responsable de la formación de los candidatos polacos (1983-1985), y en Polonia donde fue Rector del Primer Ciclo de Filosofía Polaco (1985-1991), y se doctoró en Teología espiritual en Lublin, donde fue nombrado profesor de la misma Universidad Católica de Lublin (KUL), de dicha ciudad, en 1991.

    Regresó a Uganda en 1992, y fue elegido Provincial de los padres Blancos de Uganda hasta 1999. Durante este periodo, fue también presidente de la Asociación de Religiosas-os en Uganda (ARU), y pionero en la construcción del Centro Nacional de Formación Continua (USFC). Además inició la Comisión de Justicia, Paz e Integridad de la Creación (JPIC) en 1994, trabajando en la formación de líderes en JPIC.

    En 2000 y 2004 cursó estudios sobre educación en Justicia, Paz, y Transformación de Conflictos, en Dublín. Desde su regreso a Uganda, fue pionero en la capacitación de agentes sociales en JPIC, y en el establecimiento del primer Consorcio de Educación Ética (JPIIJPC), lanzado por seis Congregaciones Misioneras, en 2006. Desde el inicio, y hasta junio 2011, ostentó el cargo de primer Director del Instituto. Al mismo tiempo fue profesor invitado de Ética en la Universidad de los Mártires de Uganda (UMU).

    En septiembre de 2011 fue nombrado director general de África Fundación Sur (AFS), organismo que dejó de existir en 2021. En la actualidad sigue trabajando por África al 100 % siendo, entre otras ocupaciones, editorialista en el CIDAF-UCM.

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