Angola está consternada por el asesinato de nueve policías, perpetrado el pasado jueves 16 de abril en la provincia de Huambo, a 525 kilómetros al sureste de esta capital.

En un primer momento se informó que eran siete los agentes del orden fallecidos, pero una última información oficial corroboró que nueve perdieron la vida a manos de un grupo de seguidores de la secta religiosa adventista del Séptimo Día Luz del mundo, fundada por José Julino Kalupeteka, quien permanece detenido.

El presidente José Eduardo dos Santos está «profundamente consternado», dijo el secretario de Estado del Ministerio del Interior para los Servicios de Protección Civil y Bomberos, Eugenio Laborinho, al final de una visita por el lugar de los hechos.

«Estamos aquí (en Huambo) cumpliendo órdenes del presidente, quien desde que conoció de la tragedia expresó tristeza y solidaridad con los familiares de las víctimas», apuntó Laborinho.

Afirmó que Dos Santos exigió que los autores de este crimen sean ejemplarmente castigados.

Entre las víctimas, que se habían trasladado a esa región para cumplir una orden de detención emitida por la Fiscalía General contra Kalupeteka, aparece el comandante de la Policía Nacional en el municipio de Caalá, Evaristo Catombela.

También resultó abatido el jefe de operaciones de la policía de intervención rápida en la zona, Luhengue Joaquim José, el instructor Carmel Abel, entre otros.

Con sucursales en varias provincias del país, especialmente en las del centro y sur, la hermandad religiosa adventista del Séptimo Día Luz del mundo fue fundada a comienzos de la década del 2000, en Huambo.

Según la agencia estatal de noticias Angop, en 2014 se determinó su cese, sin embargo continuaron sus actividades de manera clandestina, con servicios y reuniones confusas y contradictorias con las leyes nacionales, hábitos, costumbres y tradiciones del pueblo.

Con astucia, detalla la fuente, Kalupeteka atraía fácilmente a cientos de seguidores del medio rural, quienes eran capaces de vender sus casas, bienes y renunciar a todo a cambio de un posible «viaje al cielo».

En el 2012, la secta intentó sin éxito frenar una campaña de vacunación contra la polio y el pasado año Kalupeteka convocó a sus discípulos a las montañas para evitar el Censo General de Población y Vivienda.

Este lunes será el entierro en Huambo de los nueve policías asesinados. Las autoridades pertinentes prosiguen con las investigaciones.

Prensa Latina – (Fundación Sur)