Confrontando la violencia patriarcal en todas sus formas

12/12/2022 | Editorial

cidaf-ucm_fondo_blanco-5.jpgLa complejidad de vivir en una cultura patriarcal como mujer, y el miedo que las mujeres llegan a aceptar como una parte normal de sus vidas, es algo que hemos encontrado en todas las sociedades patriarcales del mundo entero. Tales sistemas patriarcales siguen causando sufrimientos indecibles y arruinando nuestro mundo.

Al mismo tiempo, constatamos que las mujeres de todos los continentes, cada día mejor educadas y organizadas, son las mejores pioneras para liberarse de todo tipo de opresión, manipulación y abusos de su dignidad y derechos humanos. Buenos ejemplos de esta liberación de toda opresión patriarcal los encontramos hoy en numerosos países de los cinco continentes: Irán, Sudán, Uganda, Rusia, Tanzania, Ruanda, Burkina Faso, Ghana, Sudáfrica, etc.

En mi experiencia de cuatro años, 2001-2005, colaborando en la resolución de conflictos en la sociedad de los Karimojong (Tepes), en el noreste de Uganda, nos centramos en las formas más urgentes de violencia, como era el robo armado de ganado, y de opresión, sobre todo hacia las mujeres, en la mutilación genital femenina (MGF) y en los matrimonios forzados.

Gracias al empoderamiento de mujeres educadoras karimojong a través de sesiones con grupos de chicas, se llegó en tres años a reducir los casos de MGF de un 90 % hasta un 10 %, con la aprobación de todos los grupos sociales. En el caso de los matrimonios forzados, se llegó a reducir esta imposición tradicional en casi un 50 %. Y en el caso de los robos armados de ganado, donde perdíamos las vidas de unos mil jóvenes cada año, se redujeron también en un 40 %. Estoy seguro de que, con más tiempo y empoderamiento, tomarán las mejores decisiones para su pueblo.

La Carta de la Federación de Mujeres Sudafricanas de 1954 trata la eliminación de lo que denominan “diferencias sociales entre hombres y mujeres” para acabar con el estatus de “inferioridad y subordinación” de las mujeres. Fue entonces cuando abordaron específicamente el movimiento de liberación, antes de colocar la urgencia de eliminar los impedimentos sociales, familiares, raciales, legales, educativos y económicos a la libertad de las mujeres.

El patriarcado condiciona un comportamiento poco saludable en todos los géneros. Por lo tanto, los hombres están condicionados a pensar en sí mismos y presentarse como lo opuesto a lo que se dice que son las mujeres y, en segundo lugar, a sentirse con derecho a más de todo, incluido más tiempo, trabajo y abuso de las mujeres.

Eso significa que la violencia suele ser la respuesta a cualquier desafío a estos guiones por parte de mujeres u otros hombres. La insistencia de las mujeres en ser dueñas de su tiempo, nombres, trabajo, cuerpos, entonces se enfrenta con extrema agresión, ya sea en instituciones públicas, como escuelas, tribunales, hospitales e iglesias, o en instituciones privadas, como el matrimonio y la familia. Esto es evidente hoy día en Irán y en otros países.

La sudafricana Pumla Dineo Gqola es una autora feminista y profesora investigadora en el Centro de Estudios de la Mujer y el Género de la Universidad Nelson Mandela de Sudáfrica, donde en mayo de 2020 aceptó la prestigiosa Cátedra de Imaginación Feminista Africana.

El empoderamiento de las mujeres oprimidas por el patriarcado y otros tipos de opresión y marginación está progresando rápidamente en África y en el mundo gracias a la educación y al liderazgo valiente de muchas mujeres pioneras de su propia liberación.

CIDAF-UCM

Autor

  • Nacido en Izco (Navarra), en 1942, estudió filosofía en Pamplona (1961-1964). Hizo el noviciado en Gap – Grenoble (1964-1965), con los Misioneros de África (Padres Blancos). Estudió Teología en el instituto M.I.L. de Londres, (1965-1969), siendo ordenado sacerdote en Logroño, en los Padres Blancos en 1969.

    Comenzó su actividad misionera en África en 1969, siendo enviado a la diócesis de Hoima en Uganda, donde estuvo trabajando en la educación, desarrollo y formación de líderes durante nueve años. Luego vivió un periodo de trece años en diversas ciudades europeas, trabajando en la educación y capacitación de los jóvenes (Barcelona 1979-1983)) , en Irlanda como responsable de la formación de los candidatos polacos (1983-1985), y en Polonia donde fue Rector del Primer Ciclo de Filosofía Polaco (1985-1991), y se doctoró en Teología espiritual en Lublin, donde fue nombrado profesor de la misma Universidad Católica de Lublin (KUL), de dicha ciudad, en 1991.

    Regresó a Uganda en 1992, y fue elegido Provincial de los padres Blancos de Uganda hasta 1999. Durante este periodo, fue también presidente de la Asociación de Religiosas-os en Uganda (ARU), y pionero en la construcción del Centro Nacional de Formación Continua (USFC). Además inició la Comisión de Justicia, Paz e Integridad de la Creación (JPIC) en 1994, trabajando en la formación de líderes en JPIC.

    En 2000 y 2004 cursó estudios sobre educación en Justicia, Paz, y Transformación de Conflictos, en Dublín. Desde su regreso a Uganda, fue pionero en la capacitación de agentes sociales en JPIC, y en el establecimiento del primer Consorcio de Educación Ética (JPIIJPC), lanzado por seis Congregaciones Misioneras, en 2006. Desde el inicio, y hasta junio 2011, ostentó el cargo de primer Director del Instituto. Al mismo tiempo fue profesor invitado de Ética en la Universidad de los Mártires de Uganda (UMU).

    En septiembre de 2011 fue nombrado director general de África Fundación Sur (AFS), organismo que dejó de existir en 2021. En la actualidad sigue trabajando por África al 100 % siendo, entre otras ocupaciones, editorialista en el CIDAF-UCM.

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