Mientras la población estaba esperando una positiva salida de las negociaciones entre la comunidad internacional, representada por la MONUC (misión de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo), y el CNDP (el congreso nacional para la defensa de la población), sobre la protección de las poblaciones civiles desplazadas, ocurrió lo peor:
Las tropas del CNDP atacaron campos de refugiados y dispersaron con sus metralletas a más de 200 000 personas, refugiados en campos en el territorio de Rutshuru, al norte de Kivi. Dichos ataques fueron seguidos por la masacre de 216 personas (1) en la localidad de Kiwanja, a algunos kilómetros del centro de Rutsuru.
Desde el 28 de Agosto 2008, según los organismos humanitarios, el número de personas desplazadas ha superado 1.800.000. El número de personas muertas en Kiwanja también es muy elevado según nuestras fuentes.
Las poblaciones desplazadas, en su mayoría mujeres, niños y personas mayores, han sido empujadas, aterrorizadas y dispersadas en la selva sin otra elección que dejar atrás lo que podía servir para sobrevivir.
En la selva donde llueve hasta tres veces por semana, los desplazados están abandonados. No tienen comida, ni agua potable, ni refugios, ni asistencia médica. Así, una catástrofe humanitaria sin precedente es predecible y las consecuencias serán incalculables. La mayoría de los niños de corta edad morirán sin duda, así como las mujeres embarazadas, las personas mayores y todas las personas enfermas o con salud frágil.
Más allá de las ejecuciones ya denunciadas, la estrategia de los individuos que ocasionan tales desplazamientos, siempre precedidos por ejecuciones de adultos y chicos mayores de 15 años, parece ser la muerte lenta, cierta y planificada de miles de personas civiles. El tribunal penal internacional debe tener en cuenta estos hechos.
Además, esta operación ha ocurrido durante la temporada de la siembra. Si las poblaciones desplazadas no vuelven a casa a tiempo, es una parte importante del norte y del sur de Kivu que se enfrentará al hambre, ya que Rutshuru y Masisi son los graneros de estas regiones. El precio de la patata y judía (comida básica de esta región) ya se ha multiplicado por dos en Goma, Beni y Butembo, y por tres en Bukavu.
También, según nuestra fuente local, esta guerra resulta una estrategia pensada y planificada para vaciar completamente esta región de su población autóctona y reemplazarla por las del Ruanda y Uganda que están de momento en campos de refugiados.
La guerra del CNDP también parece ser una réplica de lo que ocurrió hace 12 años. En 1996, el ejército patriótico ruandés atacó de manera similar a campos de refugiados ruandeses en el Kivu Norte y Sur. Resultó entonces la masacre de la población civil y la dispersión de los refugios en la sabana congolesa. Más de 250 000 refugiados todavía quedan oficialmente “desaparecidos”. Los culpables de esta hecatombe nunca fueron juzgados.
RODHECIC (Red de Organizaciones de los Derechos Humanos y de Educación Cívica de Inspiración Cristiana) pide a los Naciones Unidades que exija al CNDP que entregue a la justicia a los autores de las masacres de Kiwanja.
RODHECIC pide a las Naciones Unidades que exija la vuelta de las tropas del CNDP a su posición inicial, la de antes del 28 de Agosto 2008, y la vuelta de las tropas Ruandesas a su país.
RODHECIC exige a la justicia internacional que tenga en cuenta los crímenes que están pasando en Republica Democrática de Congo y que considere las complicaciones étnicas de los verdugos y de las víctimas.
RODHECIC llama a la consciencia internacional para mayor solidaridad frente a los sufrimientos de las poblaciones desplazadas al Este de la República Democrática de Congo.
Kinshasa el 8 de noviembre 2008
Secretaría del Rodhecic
Traducido por Leslie Tixier, para el Departamento África de la Fundación Sur.
