¿Cómo explicar la persistencia de la desigualdad entre los negros y los blancos en Sudáfrica?

26/04/2017 | Crónicas y reportajes

Después de más de veinte años del fin del apartheid y la elección de Nelson Mandela, Sudáfrica sigue marcada por el estigma de la segregación y de discriminaciones raciales. La segunda economía africana en términos de PIB (1) es ahora en palabras del economista sudafricano Haroon Bhorat «la sociedad más desigual del mundo», y tiene un coeficiente de Gini* de 0, 69 (2).

Desde 1994, se han puesto en marcha políticas activas para reducir la desigualdad y Sudáfrica ha registrado una tasa de crecimiento consiguiendo reducir la pobreza (3). Sin embargo, los beneficios del crecimiento no han logrado cambiar la estructura de ingresos y reducir las desigualdades entre negros y blancos.

Si el análisis económico de las desigualdades retiene raramente el criterio étnico como variable de estudio es conveniente, teniendo en cuenta la historia de Sudáfrica y su pasado de apartheid, evaluar la escasez de capacidades (4) a disposición de la población negra del país para dar cuenta de las discriminaciones estructurales que sigue sufriendo en la actualidad.

I. Veinte años después del fin del apartheid, las desigualdades persisten y amenazan el desarrollo económico del país

A. desigualdad salarial, de patrimonio y de capital humano

Un informe publicado en 2015 por el Instituto Nacional de Estadísticas de Sudáfrica (5) refleja la inquietante persistencia de la desigualdad de ingresos en Sudáfrica. De hecho, este documento revela que con un promedio de 6444 dólares al año para los hogares negros todas las cosas siguen igual, un ingreso medio cinco veces menor que el de los hogares blancos que alcanza 30.800 dólares anuales.

Además, estas desigualdades salariales se ven agravadas por las desigualdades de patrimonio. De hecho el acceso a la propiedad privada ha estado durante mucho tiempo prohibido a las poblaciones negras relegadas a las afueras de Ciudad del Cabo y Johannesburgo,los guetos, durante el apartheid.

Por último, el sistema escolar de Sudáfrica está extremadamente polarizado. La educación pública gratuita en este país se encuentra entre las más deficientes del mundo.

Una encuesta realizada por el Boston Consulting Group en 2015 mostró que la mayoría de los profesores no tienen el nivel requerido en matemáticas (6)! Y son los niños de familias con menos recursos los principales alumnos de las escuelas públicas. Por lo tanto no reciben una educación de calidad comparable a la proporcionada en las escuelas privadas más caras. Así, según la teoría de»señal», desarrollada por Spence, por el mismo número de años de estudio un estudiante de secundaria que pasó toda su educación en una institución pública de Sudáfrica y un estudiante de secundaria que estudió en una institución privada exclusivamente no envían la misma señal a un empleador potencial

B. Las tensiones étnicas y sociales obstaculizan el desarrollo económico

Minada por las desigualdades, Sudáfrica está destinada regularmente a grandes crisis sociales. En agosto de 2012 las huelgas que comenzaron en la mina de platino de Marikana causaron la muerte de treinta y cuatro manifestantes y se extendieron a otros sectores industriales como los del oro, mineral de hierro, carbón y cromo. Las pérdidas causadas por estos enfrentamientos se estimaron en más de mil millones de dólares, mientras que la tasa de crecimiento de la economía de Sudáfrica disminuyó un 0,9% en el segundo trimestre de 2013. (7)

Además de estos enfrentamientos marxistas y tradicionales vinculados a la lucha por el poder entre los propietarios de los medios de producción y los trabajadores, existe también un aumento de riesgos vinculados al subempleo. En 1993 C. Juhn reveló en un estudio la existencia en Estados Unidos de una correlación entre la desigualdad salarial y el aumento de la delincuencia. De hecho, desde la década de los70, la población negra estadounidense experimentó una salida masiva de la población activa que iba de la mano con un marcado incremento de la población reclusa. En el caso de Sudáfrica, el subempleo de los trabajadores negros de menor calificación ha sido causado en particular por las exigencias sobre el mercado de trabajo (8).

Las estructuras sindicales heredadas del apartheid se han mantenido con fuerza y han seguido influyendo en el mercado laboral de Sudáfrica. Asì, el establecimiento de un salario mínimo excesivamente alto se ha realizado a expensas de los trabajadores menos cualificados que no se han beneficiado del crecimiento económico y que se han dirigido masivamente a actividades ilegales o informales. En una encuesta publicada en 2013 titulada «La destrucción de empleo en el sector textil de Sudáfrica: Cómo una alianza profana de trabajo organizado, el Estado y algunas empresas está socavando un crecimiento intensivo en mano de obra» Nicoli Nattrass y Jeremy Seekings reflejan efectos nefastos de la acción sindical en el empleo en sectores con baja intensidad de capital como la industria textil.

sudafrica_-_desempleo.jpgII. De la redistribución a la mejora de “capacitaciones»

A. Los intentos de solución

Desde el fin del apartheid, el gobierno de Sudáfrica no ha cesado de desarrollar programas de subsidios y redistribución fiscal. Sin embargo, estas soluciones actúan en aval sobre las consecuencias de la desigualdad en capital humano, pero no permiten el crecimiento de capacitación de las poblaciones más pobres.

Hasta ahora, el gobierno de Sudáfrica ha preferido soluciones para corregir los efectos de las desigualdades en vez de iniciar reformas relativas a las causas estructurales e históricas de estas desigualdades.

B. Recomendaciones: lucha contra las discriminaciones, política de formación y mezcla urbana

La lucha contra la discriminación en el mercado laboral debe ser objeto de una política pública con el fin de reducir las desigualdades. En una encuesta sobre las desigualdades económicas en Estados Unidos, Phelps y Arrow analizan las discriminaciones en vigor contra los negros en la década de los 70. Los dos economistas han demostrado que debido a los prejuicios raciales arraigados en la época segregacionista, los empresarios anticipan que algunos grupos tienen objetivamente menos posibilidades que otros de ser productivos. Las expectativas de los empresarios y los comportamientos provocados por estas expectativas pueden conducir a la persistencia de desigualdades de capital humano. Traspasando ese análisis a la Sudáfrica postapartheid, se comprende que la reducción de las desigualdades pasará por una lucha activa contra las discriminaciones en la contratación, entre otras cosas, mediante campañas de sensibilización, la introducción de exámenes de prueba y a la toma de sanciones ejemplares contra los empresarios culpables de discriminación.

Por otra parte, una política de formación proactiva unificará el sistema escolar sudafricano y lo hará más igualitario. La teoría de la “señal2 de Spence dice que los empresarios esperan informaciones precisas sobre la calidad del diploma y no sólo del número de años de estudio. De ahí que la concesión de subvención a las escuelas públicas y una mejor formación del profesorado en estas instalaciones permitirán reducir de manera significativa las diferencias en términos de capital humano y de acceso al mercado de trabajo.

Una renovación de la educación pública no puede prescindir de una política urbana audaz. En efecto, el informe Coleman publicado en 1966 por el gobierno de Estados Unidos mostraba un fracaso de las políticas públicas dirigidas a aumentar los medios de las escuelas de los barrios desfavorecidos, así como de una inserción mediocre en el mercado laboral.

Varios comentaristas del informe han recordado que los resultados mediocres no son debidos únicamente al hecho de que el origen social determina el éxito académico, sino también a la composición de las clases (poca emulación entre los estudiantes…). La zona de residencia afecta al éxito académico. Las externalidades locales, a nivel microeconómico de la clase, tienen un efecto global sobre la dinámica de las desigualdades. En estas condiciones, el establecimiento de un mapa escolar aparece como una solución para promover la mezcla social y étnica abordando, al mismo tiempo el problema de la segregación urbana que aún prevalece en Sudáfrica y es un vestigio del régimen del apartheid.

Daphnée Setondji

* El coeficiente de Gini es una medida de la desigualdad ideada por el estadístico italiano Corrado Gini. Normalmente se utiliza para medir la desigualdad en los ingresos, dentro de un país, pero puede utilizarse para medir cualquier forma de distribución desigual.

L’Adrique des Idées

Fuentes:

1. http://afrique.lepoint.fr/economie/ou-va-l-afrique-du-sud-19-08-2014-1857787_2258.php

2. Haroon Bhorat, Fighting poverty: Labour markets and inequality in South Africa, 2001.

3. http://www.rfi.fr/afrique/20170128-afrique-sud-inegalites-salaires-statitstiques-blancs-noirs-foyers-pauvres

4. Eric Monnet, La théorie des « capabilités » d’Amartya Sen face au problème du relativisme

5. http://www.latribune.fr/economie/international/l-afrique-du-sud-champion-des-inegalites-de-revenus-478113.html

6. http://www.agenceecofin.com/gestion-publique/2605-29246-lafrique-du-sud-occupe-le-2eme-rang-mondial-dans-le-domaine-des-inegalites-de-revenus

7. http://www.slate.fr/story/80853/retombees-apartheid

8. C. Juhn “Wage Inequality and the Rise in Returns to Skill”, 1993. http://terangaweb.com/expliquer-persistance-inegalites-entre-noirs-blancs-afrique-sud/

[Traducción, Jesús Esteibarlanda]

[Fundación Sur]


Artículos relacionados:

Crisis de desempleo en Sudáfrica

Mineros ilegales en Sudáfrica, la tragedia continúa

Descolonizar la universidad en Sudáfrica

Estudian en Sudáfrica la viabilidad de la gratuidad de la educación superior

El desempleo juvenil en Sudáfrica una bomba a punto de estallar

Autor

Más artículos de Administrador-Webmaster