Costa de Marfil ha inaugurado el día 28 de septiembre de 2011 una comisión de Verdad y Reconciliación, en el marco de la intención del país de poner término a la letal violencia poselectoral, que estalló a finales del año pasado, y de los esfuerzos por crear una unidad nacional.
Miles de personas fueron asesinadas después de que estallase la violencia en noviembre, que duró hasta finales de abril. Hasta un millón de personas fueron desplazadas por el conflicto, muchos de los cuales todavía no han vuelto a sus casas, porque temen que se produzcan más disturbios.
Sin embargo, los ataques han disminuido en gran medida y se espera que el país, uno de los mayores productores de cacao del mundo, experimente un crecimiento económico de entorno al 8 % este año, según el Fondo Monetario Internacional.
La Comisión, que toma el modelo del panel del mismo nombre fundada en Suráfrica después de la era del apartheid, tendrá 11 miembros y estará dirigida por el primer ministro Charles Konan Banny. Otros miembros son los líderes de las iglesias cristiana y musulmana.
Todavía no está claro cómo funcionará la comisión exactamente, ni si tendrá poder de conceder amnistía. Se espera que tenga un mandato de dos años.
“El mandato de dos años de la comisión de reconciliación es realmente corto y la ausencia de un modo claro de operaciones de la comisión es preocupante”, dice Ngouan Patrick, el presidente de la coalición de organizaciones de la sociedad civil más grande del país.
Patrick dijo que estaba “satisfecho” con la formación del panel, señalando que estaba limpia de funcionarios políticos y militares en activo.
La violencia estalló después de que el ex presidente, Laurent Gbagbo, se negara a dejar el poder tras las elecciones, y la comunidad internacional reconociera a su oponente, Alassana Ouatara como vencedor, el pasado mes de noviembre. Los enfrentamientos no remitieron hasta que Gbagbo fue capturado y sus fuerzas derrotadas.
Gbagbo y su mujer, Simone Gbagbo, junto con docenas de aliados han sido detenidos por “violación de la seguridad nacional” y crímenes económicos entre los que se incluye “malversación”.
Los seguidores del ex presidente han pedido desde entonces su liberación y denuncian al gobierno de Ouattara.
La ceremonia de inauguración de la Comisión, en la capital Yamusukro, estuvo presidida por Ouattara y contó con un fuerte dispositivo de seguridad con fuerzas de la ONU y del ejército nacional.
Muchos marfileños han expresado su esperanza en que la comisión, de alguna manera, marque el camino hacia la cura de las heridas en el país, que experimentó estabilidad y crecimiento económico por primera vez en la última década, desde su independencia.
En 2002, el país cayó en una mortal guerra civil, principalmente por diferencias étnicas y religiosas, que duró más de dos años. Desde entonces se han hecho multitud de esfuerzos por alcanzar la paz y la estabilidad en el país.
(Times Live, Suráfrica, 29-09-11)
