La campaña electoral para las elecciones presidenciales en Ruanda del próximo 9 de agosto, ha comenzado en un ambiente tenso después de la serie de ataques, asesinatos y arrestos que se ha producido.
Se espera que sea re elegido confortablemente el presidente Paul Kagame, que ha gobernado el pequeño país africano desde que terminó el genocidio de 1994 de los extremistas hutu.
El Frente Patriótico Ruandés, FPR, celebrará un gran mitin en el estadio nacional de Kigali, el día 20 por la noche, con el que se dará comienzo oficialmente la campaña que costará alrededor de 2 millones de dólares.
El coordinador de la campaña, Christophe Bazivamo, dijo que los fondos han sido aportados por “contribuciones voluntarias”.
El más modesto Partido Social Democrático, del anterior portavoz del parlamento, Jean Damascene Ntawukuriryayo va a adquirir un préstamo bancario para la campaña.
Otros dos candidatos presidenciales, también harán campañas con pequeños presupuestos.
Estos tres partidos que se presentan apoyaron a Kagame en las elecciones presidenciales de 2003, y son considerados por la verdadera oposición como “partidos satélites del FPR.
Fuera de la campaña
Los tres principales partidos de la oposición que planeaban presentarse efectivamente a las elecciones han quedado fuera de la carrera presidencial.
El Frente Democrático Unido no ha sido registrado oficialmente por las autoridades, y su líder, Victoire Ingabire, se enfrenta a un proceso judicial desde abril, acusada de “negacionista del genocidio” y complicidad con terroristas.
El partido Social Imberakuri, se enfrenta a problemas similares y su líder, Bernard Ntaganda, está encarcelado desde el pasado 24 de junio.
El otro acontecimiento, Andre Kagwa Rwisereka, vicepresidente del tampoco registrado partido de la oposición, Partido Democrático Verde, fue encontrado muerto, prácticamente decapitado, en 14 de julio.
Varios altos mandos militares han sido arrestados en los últimos meses y un general, Faustin Kayumba Nyamwasa, sobrevivió milagrosamente a un intento de asesinato en el exilio, en Suráfrica.
Un periodista de la oposición que declaró que había descubierto pruebas de la responsabilidad del régimen de Kagame en este intento de asesinato, fue asesinado por disparos días después de sus declaraciones.
El gobierno de Kagame ha negado categóricamente cualquier implicación en el asesinato.
Grupos de derechos humanos han acusado repetidamente a Ruanda de reprimir la libertad política y de prensa de cara a las elecciones.
A menudo, Kagame es alabado por occidente por su visión económica y su habilidad para mantener la estabilidad en la Ruanda, desgarrada por el genocidio, pero la última cadena de violencia política parece haber causado algún malestar.
El secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki moon ha expresado su “preocupación por estos incidentes, que han causado tensiones políticas” y pidió una investigación por la muerte del periodista y de Rwisereka.
El comunicado de Ban se hizo la semana pasada desde Madrid, donde Kagame había sido invitado a una reunión para revisar el progreso en los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
El presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, optó por no reunirse con Kagame en el último momento, después de las protestas de algunos partidos políticos por el rol del presidente de Ruanda en el genocidio.
(Mail & Guardian, Suráfrica, 19-07-10)
