Colaborando, que es gerundio, por Félix Pérez Ruiz de Valbuena

30/05/2011 | Bitácora africana

cartel en Burkina

En esto de la colaboración-cooperación entre el primer y caritativo primer mundo y el tercero y pedigüeño inframundo hay varias cosas que me ponen malo.
La que más, toda la gente que se aprovecha de este negocio o área de actividad económica, si jugamos a cínicos.
Conté algo la semana pasada y lo mismo no se me entendió bien.
Lo que yo no soporto es a los que se “aprovechan” de esta actividad en beneficio propio. Pero he conocido, conozco y espero seguir conociendo corazones de oro que trabajan por sus semejantes. Chapeau.

Y los hay que ganan un sueldo con su trabajo y poco que les pagan para el nivel de implicación que tienen y la piel que se dejan en el camino. Aunque no todos son así, desgraciadamente.
Mención aparte están las hermanas, me refiero a las monjitas (y algunos religiosos hombres, también). Aunque es verdad que éstas, las monjitas, son las que más ganan en una especie de inversión a largo plazo (la vida eterna, quizás la santidad), pero me parten el corazón con la manera que tienen de dejarse la vida sin reservas por sus semejantes. Y yo porque soy ateo practicante que si no me pasaba más por misa…

Y aparte del dinero que se evapora por el camino está el que se tira de manera absurda con proyectos surgidos de mentes calenturientas, o recalentadas, del primer mundo. Por otra parte normal, vienes por aquí sin gorra y se te calienta el trigémino o el que corresponda y te pones a pensar en paridas y a ponerlas en marcha, en plan iluminado.
¡Ya está!, piensa el nazaara (blanquito) de turno de visita turístico-solidaria por el cuarto mundo. Y se proponen cosas a cual más curiosa… Y los negros que les escuchan, asertivamente, ponen cara de waré, juego de piedras local, un poco más complicado que las tres en raya (porque poner cara de póker no les sale), y como diríamos en mi tierra piensan “para casa aunque sean piedras”. Y aceptan entusiastas cualquier propuesta, por absurda que sea, que implique flujos de dinero, que algo caerá…

Proyecto: Construir una estación de taxis brousses, pequeñas furgonetas-autobuses de transporte, camiones, etc de pequeñas empresas o autónomos, las grandes de autobuses tienen sus propias instalaciones.
Financiación: Confederación Suiza.

Objetivos conseguidos: Se pretendía cerrar el antiguo e insalubre espacio donde se concentraban los vehículos en el centro de la villa.
Pero terminada a finales de 2009, sigue sin ser puesta en marcha, dos años después.
Se encuentra muy lejos del centro de la villa y supongo que todos los interesados habrán rechazado el enclave. Ya comienza a deteriorarse, sin haber abierto.
Supongo que el objetivo conseguido será el dinero ganado por el constructor y las comisiones generadas.

La ciudad-aldea más importante, más cercana a la mía es Gourcy. Y presume de ville propre.
Proyecto: Hacer de Gourcy una villa limpia donde se recojan y almacenen las basuras, en vez de tirarlas por las calles de cualquier manera, como es más corriente, creando un recinto donde almacenar las basuras, con un sistema de carretillas tiradas por burros, que las llevan allí.

Financiación: Gracias al jumelage (hermanamiento) con la ciudad de Olonne Sur Mer, Francia. Supongo que ocurrencia del alcalde o el concejal de Olonne SM, que visitaría Gourcy en algún momento.
Objetivos conseguidos: Cambiar la rotulación de la ciudad. Crear el recinto de recogida de basura y el sistema de carretillas de burros y el empleo que genera. Ya se está llenando el recinto y se está desbordando, o está medio cegada la entrada y ya lo están tirando al lado, por fuera. Lo que no sé es qué van a hacer con toda esa basura o si tienen plan B. Lo mismo se ha acabado la colaboración o el dinero, porque se ve mucha basura por Gourcy. O se ponen las pilas y limpian cuando vayan a volver los de Olonne Sur Mer de visita.

Proyecto: Crear una biblioteca digital española en una de las provincias más pobres de uno de los países más pobres del planeta (6º por la cola).
Financiación: Por la asociación Félix Pérez Martín (el nombre de mi abuelo paterno). Que es como decir yo mismo, mis hijos, y mi ex mujer Concha. O sea, mi cuenta corriente y un servidor.
Objetivos conseguidos: Como en la gare routière, después de 2 años, no he conseguido abrir, aunque espero hacerlo en breve, como sea.
Hay mucha gente que ya se ha beneficiado de ello, menos los chavales a los que iba dirigida. Pero los timadores y estafadores han hecho su agosto con la construcción y puesta en marcha.
Así que como veis en esto de la cooperación, no sólo es el dinero que se roba, también el dinero que se tira en proyectos completamente alejados de la realidad. El mío incluido.

Hubo gente, incluso personas, que ya me avisaron y me dijeron la típica frase de películas de duelos al sol (muy adecuado aquí): “…yo que usted no lo haría, forastero…”
Pero yo con mi pasta hago lo que se me pone en la punta, con perdón.

Ya que no se ha acabado el mundo, finalmente, y mira que parecía que estaba claro en la Biblia (Jeremías), según los nuevos apologetas, lo mismo os animáis (los españoles) a ir a votar o a una concentración contra los banqueros y políticos (todo vale con tal de interesarse por tus propios problemas).

Original en FronteraD

Autor

  • Pérez Ruiz de Valbuena, Félix

    Félix Pérez Ruiz de Valbuena. ( Calatañazor, Soria, Diciembre 1954 ) Estudió economía . Marxista-leninista de formación política, afirma que no le sirvió para hacer nada demasiado útil en la vida universitaria, salvando quizás el Festival de los Pueblos Ibéricos. Empresario familiar comparte con sus dos hermanos la propiedad de una empresa de formación. reside actualmente en Burkina Faso con la esperanza de comenzar de nuevo con proyectos que le devuelvan la ilusión. Con tres hijos y un nieto, que le hacen felices los más de los días. Y como dice Soltero y sin compromiso. Es colaborador de la Revista Digital Frontera D con su Blog Negros sobre blanco , que iremos reproduciendo en nuestra sección de Bitácora Africana, agradeciendo a Frontera D la autorización para hacerlo y por supuesto a Félix Pérez Ruiz de Valbuena

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