Cientos de miles de refugiados somalíes en Kenia están viviendo en condiciones tan insoportables en los campos de refugiados, que se están planteando el volver a su país, según ha advertido una agencia humanitaria.
Médicos Sin Fronteras ha declarado que la alarmante escasez de comida, agua y alojamiento en el campo de refugiados más grande del mundo, al norte de Kenia, podría terminar en desastre si no se toman medidas urgentes para remediarlo.
Donna Canali, una enfermera de MSF, que ha regresado de uno de los campos, asegura que los refugiados, muchos de ellos con graves heridas relacionadas con la guerra y la violencia de su país y con graves enfermedades se hacinan en los campos sin “ni siquiera lo mínimo para sobrevivir”.
“Estos refugiados lo han arriesgado todo para escapar de la violencia en Somalia. Ahora, algunos están empezando a decir que prefieren arriesgarse en Mogadiscio a morir lentamente en los campos”, asegura otro miembro de MSF, “la situación es simplemente escandalosa”, sentencia.
Incluso las agencias presenten en los campos, son incapaces de cubrir las “inmensas y rápidamente crecientes necesidades de esta población harta de guerra”. “¡Necesitamos actuar de inmediato!”, exclaman los representantes de MSF.
El campo de refugiados de Dadaab, que estaba diseñado para acoger a 90.000 personas, alberga unas 270.000 en la actualidad, convirtiéndolo en el mayor campo de refugiados del mundo.
La agencia para los Refugiados de la ONU calcula que los campos del norte de Kenia tendrán a unas 360.000 personas para finales de 2009.
En marzo, Human Rght Watch, acusó a las autoridades de Kenia de abusar de los refugiados somalíes, pidiéndoles sobornos e infligiendo ataques sexuales, entre otros.
(News 24, Suráfrica, 18-05-09)
