Cerca de 100 personas fueron asesinadas la semana pasada en el este de la República Democrática del Congo (RDC).
La matanza tuvo lugar el pasado jueves cerca de la ciudad de Beni, en la provincia norte de Kivu, donde los rebeldes ugandeses, principalmente musulmanes, han sido culpados por la muerte de más de 200 civiles desde octubre de 2014.
El diputado de la oposición Juma Balikwisha ha informado del hallazgo de 95 cuerpos enterrados en una fosa común, además de otras nueve personas mostradas a las autoridades en una morgue. No existe aún una cifra definitiva, aunque se estima que murieron entre 70 y 100 personas. No se descartan nuevos descubrimientos de cuerpos, ya que no se ha avanzado mucho en el terreno por orden de las fuerzas armadas congoleñas.
No se han publicado con seguridad los culpables de la masacre, pero ésta ocurrió en una región donde los rebeldes de las Fuerzas Democráticas y el Ejército Nacional para la Liberación de Uganda lucharon contra el ejército del Congo a principios de noviembre.
Una fuente de la administración en Beni anunció que los asesinatos tuvieron lugar en cuatro aldeas situadas cerca unas de otras entre el mercado de la ciudad, a 250 km al norte de la capital provincial de Goma, y la ciudad de Mbau, a 20 km más al norte. Un residente informó a la AFP de que 95 cuerpos recogidos en el monte habían sido enterrados en el pueblo de Tepiomba.
Los rebeldes que luchan por Uganda se han escondido en las montañas de Ruwenzori, situadas en la frontera con Uganda, desde que fueron expulsados de su país por los soldados del presidente Yoweri Museveni en 1995.
En enero, el ejército congoleño y las tropas de una misión especial de intervención de la ONU lanzaron una ofensiva contra las fuerzas insurgentes armadas. La misión de la ONU en la RDC tiene un mandato de ofensiva para detener a los rebeldes armados de la zona.
Sunday Express – Fundación Sur
