Hace 2 años, a la sombra de los árboles en un terreno adyacente al Hospital Okongo en la Región Ohangwena, al norte de Namibia, entre 20 y 30 carpas albergaban a mujeres embarazadas a la espera de dar a luz. En Namibia, las mujeres de la tribu Himba a menudo tienen que viajar hasta 100 kilómetros para poder dar a luz en un centro de salud.
Muchas de ellas están allí a causa de las malas carreteras, la falta de transporte y las distancias de hasta 100 km, lo que hace difícil para las mujeres embarazadas de las zonas rurales poder llegar a tiempo al Hospital de Okongo para dar a luz.
La vida no es fácil
«Las condiciones en los campos son verdaderamente muy difíciles», recuerda Jonas Hambeleleni, una madre que vivió en el campamento Okongo antes de dar a luz. «Las mujeres no están seguras por el paso de las personas y los cerdos que entran y salen libremente del campamento. Cuando llovía, no podíamos cocinar».
Sin embargo, ella agradeció la oportunidad de dar a luz en un hospital, un sentimiento compartido por otras muchas mujeres en Namibia. Casi 6 de cada 7 nacimientos en Namibia se producen en establecimientos de salud y 3 de 4 reciben atención prenatal.
Pero siempre ha sido más difícil para las mujeres rurales tener acceso a los servicios de salud cuando los necesitan y evitar retrasos, potencialmente peligrosos, para recibir tratamiento. La falta de cuidado puede causar la muerte de la madre o el niño, o el nacimiento de un niño muerto en el tercer trimestre del embarazo.
Las altas tasas de embarazo adolescente, la falta de cuidados prenatales, las infecciones por el VIH y la atención inadecuada, durante el parto, también contribuyen al problema.
En 2015, la tasa de mortalidad materna fue de 265 muertes en Namibia por cada 100.000 bebés nacidos vivos y la tasa de mortalidad infantil es de 33 muertes por cada 1.000.
Un programa para frenar la mortalidad materna e infantil
En 2013, para salvar más vidas, la OMS lanzó, en colaboración con el Ministerio de Sanidad y Servicios Sociales de Namibia y la Unión Europea, el programa para acelerar la disminución de la mortalidad materna e infantil (PARMaCM: Programa para Acelerar la Reducción de la Mortalidad Materna e Infantil).
Como parte del programa, las casas de maternidad se construyen cerca de los centros de salud en cuatro regiones de Namibia para reemplazar a los campamentos improvisados y dar a las mujeres rurales un lugar seguro para dar a luz.
Estas casas están diseñadas con dormitorios, cocinas comunes, comedores, baños y espacio para reuniones con capacidad para 80 mujeres. Cada mujer paga una pequeña cuota o trabaja de voluntaria a diario para cubrir los gastos de subsistencia.
El representante de la OMS en Namibia, Monir Islam, explica que en estas casas de maternidad se tiene la oportunidad de asesorar a las mujeres sobre diversos temas de salud, incluyendo la lactancia materna, la planificación familiar y las vacunas.
Estas casas son parte de un enfoque integral para proporcionar una atención de mejor calidad a las mujeres embarazadas en Namibia. Las autoridades, por su parte, también mejoran el acceso a los servicios de atención primaria de salud y proporcionan más ambulancias para trasladar a los pacientes a los centros médicos.
Además, los trabajadores de sensibilización en las comunidades alientan a las mujeres a dar a luz en los centros de salud y los trabajadores de estos centros están capacitados para la atención obstétrica de emergencia.
Esto se traduce en salvar vidas. Uno de los grandes éxitos del programa fue haber logrado evitar nacimientos de bebés ya muertos.
Según la Encuesta Demográfica y de Sanitaria, el número de bebés nacidos muertos en Namibia fue de 8 por cada 1.000 nacimientos en 2014, una de las tasas más bajas del África subsahariana y por debajo de la meta mundial de una tasa igual o inferior a 12 nacidos muertos por cada 1.000 nacimientos en 2030. Estos casos que ocurren en las 12 horas anteriores al parto o durante el mismo se redujeron en un 18% en menos de cinco años, debido principalmente a la mejora de la calidad de los partos en las instituciones, la atención obstétrica de emergencia y al hecho de que las madres optan por dar a luz en las maternidades.
«Un compromiso firme para proporcionar su justo valor al nacimiento y la vida de cada niño anima a las comunidades a enviar a las mujeres a las maternidades a tiempo», declaró Monir Islam. «Con esto, empezamos a ver una mejora gradual en Namibia respecto a la situación en materia de mortalidad materna e infantil»
Poner fin a las muertes prevenibles
A pesar de una disminución significativa en el número de mortalidad de madres y neonatos en el mundo, el número ha cambiado poco.
De acuerdo con las nuevas estimaciones de la OMS, de la London School of Hygiene & Tropical Medicine y de la UNICEF, debemos lamentar más de 2,6 millones de niños nacidos muertos al año y la mitad de ellos se producen durante el parto. Se podrían evitar la mayoría de ellos, garantizando una atención de calidad y a tiempo.
En el marco del Plan de Acción Cada recién nacido, las estrategias para acabar con la mortalidad materna prevenible y la Estrategia Mundial para la salud de las mujeres, los niños y adolescentes, la OMS y sus socios están trabajando juntos para fortalecer los sistemas de salud en cada país para que cada madre reciba atención médica de calidad que le permita dar a luz a un niño sano después de su embarazo.
«Es totalmente inaceptable que tantas madres y niños mueran por falta de atención básica de calidad», protesta Anthony Costello, director del Departamento de Salud Materna, de recién nacidos, de niños y de adolescentes de la OMS. «La OMS está planificando la coordinación de una iniciativa mundial para reducir el número de muertes maternas y neonatales en los centros de salud en los próximos cinco años».
Organisation mondiale de la Santé (OMS)