Carta a Julia desde Niamey, por María Rodríguez

16/04/2015 | Bitácora africana

Carta escrita el 12 Abril 2015

Querida Julia,

Hace cuatro días llegué a Níger. Llevaba pensándolo desde hace mucho tiempo, materializándolo desde enero y atando cabos para hacerlo real hace un par de semanas. Llegué pensando que encontraría algo similar a Burkina Faso pero se nota que es otro país diferente. Las calles son similares pero la pobreza es más visible, el color naranja también predomina pero no es tierra lo que pisamos sino arena. Yo creía que el desierto comenzaba más arriba, más al norte, pero ya se cuela por las calles de Niamey. Niamey. Es un nombre bonito, ¿no te parece? Es la capital de Níger y se encuentra al suroeste, siento que dejando al olvido el resto del país, pero es sólo una primera impresión. No podría jurarlo porque hasta Niamey me parece olvidada.

Creo que nunca sabré explicar bien por qué me gusta África ni tampoco por qué vivo obcecada con la zona occidental de este inmenso continente. Pero el motivo de elegir Níger como siguiente destino está enraizado en esa obsesión por conocer esta zona, sobre todo la zona del Sahel, esa franja climatológica donde las sequías hacen de las hambrunas una constante, donde se muestra la cara más triste de África.

Una vez que vienes al continente te das cuenta que hablar de pobreza, hambre, enfermedades y guerras es quedarse a medias. Creo que las personas que hablamos o enfatizamos en estas cosas lo hacemos porque queremos y buscamos justicia, queremos que se sepa, nos aterra que el mundo sea indiferente a tanta agonía, a tanto grito mudo. Pero hablar solo de estos problemas tampoco le hace justicia a este continente donde muchísimas personas viven muy parecido a como vivimos en Europa, donde también son ajenos a todas esas penurias que queremos transmitir creando una masa homogénea de lo que no puede mezclarse, salvo por el nombre: África.

Cuando me vine al continente quería hablar de esas dos caras, de la buena y de la mala. Pero creo que la buena se acaba defendiendo más y mejor durante una comida o después de ella, en una conversación en el metro o en un chateo por Facebook. Molesta escuchar que África es cuatro chabolas y niños muriendo de hambre. Pero también molesta que no se hable de esos niños en las noticias en las que se cuentan las desgracias de los diferentes lugares del planeta.

Siendo directa, resumiéndolo en un todo, la motivación del viaje a Níger era esta frase: Níger es el país más pobre del mundo. Tenía que ver con mis propios ojos cómo es el país más pobre del mundo. Níger es enorme. Según Wikipedia tiene la extensión de España dos veces y media. Sin embargo tiene tan sólo17,83 millones de habitantes en este vasto territorio. Níger puede confundirse con Nigeria, con quien tiene frontera en el sur, porque los nombres son parecidos. Sin embargo, Nigeria es la primera potencia económica de África y su población es de 170 millones de habitantes.

Aquí la gente (de media) no vive más de 58 años y dos tercios de la población viven bajo el umbral de pobreza. Sin embargo, Níger es rico. Es el cuarto productor mundial de uranio. ¡Uranio! Ese mineral radioactivo que da mal rollito y que se utiliza para la energía nuclear, las armas nucleares. Ya sabes, esas cosas que todo el mundo quiere poseer. Y mientras otros se lo llevan, el pueblo se muere de hambre y otras cosas, las empresas multinacionales se lavan las manos y el gobierno no hace nada por proteger a su gente. ¿Cómo puede ser el mundo tan soberanamente injusto?

Son muchos problemas los que azotan a este país pero no quiero alargarme. Después de tres días de entrevista en entrevista, y hablando con gentes del lugar me quedo con este sentimiento que me invita a hablar de cosas feas de África, que revolotea por mi mente con mucha indignación y que muestra la injusticia indiferente de este mundo en el que unos somos más y otros somos menos: si lo que ocurre en Níger con las minas de uranio ocurriera en Europa, ocuparía la primera página de los periódicos.

Y aquí estoy, Níger no será primera página pero le buscaremos un hueco.

Original en : Cuentos para Julia

Autor

  • Rodríguez González, María

    "María Rodríguez nació en 1989 en Baza (Granada). Es licenciada en Periodismo por la Universidad de Málaga y realizó el Master en Relaciones Internacionales y Estudios Africanos en la Universidad Autónoma de Madrid. En noviembre de 2014 se marchó a Burkina Faso para comenzar a hacer periodismo freelance y desde entonces recorre los países de África occidental para intentar comprender y acercar esta parte del continente. Autora del blog Cuentos para Julia, donde escribe sobre África, sus experiencias y reflexiones, colabora con varios medios de comunicación como El Mundo, Mundo Negro y El Comercio (Perú), entre otros"

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