África, a pesar de su baja contribución a las emisiones de gases de efecto invernadero, sigue siendo el continente más vulnerable.
África enfrenta daños colaterales en varios ámbitos: para sus economías, inversiones en infraestructura, sistemas de agua y alimentos, salud pública, agricultura y medios de vida, lo que amenaza con deshacer sus modestos logros en materia de desarrollo y caer en niveles más altos de pobreza extrema.
- África subsahariana tiene el 95 % de la agricultura de secano a nivel mundial.
- Una gran parte de la agricultura en el PIB y el empleo se suma a la vulnerabilidad, al igual que otras actividades sensibles al clima, como el pastoreo y la pesca, lo que genera pérdidas de ingresos y aumenta la inseguridad alimentaria.
- Siete de los 10 países más vulnerables al cambio climático están en África. En 2015, cuatro países africanos se ubicaron entre los 10 países más afectados: Mozambique (1°), Malawi (3°), Ghana y Madagascar (8° puesto conjunto).
El cambio climático representa una gran amenaza para que África alcance los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). El informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) de 2018 destacó las graves consecuencias de un aumento de temperatura superior a 1,5 °C, especialmente para África.
Habiendo firmado y ratificado el Acuerdo de París, 49 países africanos de 54 se han comprometido a mejorar la acción climática mediante la reducción de sus emisiones de gases de efecto invernadero.
África necesitará inversiones de más de $ 3 billones en mitigación y adaptación para 2030 para implementar sus NDC. Sin embargo, muchos de sus compromisos están condicionados a recibir apoyo financiero, (de $ 3 billones), técnico y de desarrollo de infraestructuras.
No obstante, el cambio climático también brinda oportunidades de mercado para que África aproveche su enorme potencial de recursos para alcanzar las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Ante los estragos de los incendios forestales en el sur de Europa, António Guterres advirtió que “la mitad de la humanidad está en la zona de peligro”, enfrentando inundaciones, sequías, tormentas extremas e incendios forestales.
Este es el Momento de la naturaleza, para hacer retroceder las amenazas y cuidar juntos nuestra casa común. El cambio depende sobre todo de la actividad humana.
Cuando quedan menos de ocho años para limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados, el presidente de la Asamblea General de la ONU convocó un debate sobre el «Momento de la naturaleza» para examinar las amenazas ambientales interconectadas que obstaculizan los esfuerzos para lograr el desarrollo sostenible.
A pesar de los inmensos desafíos que enfrenta el mundo, insistió en que la humanidad puede lograr cambios, como lo demuestra el desarrollo de tecnologías que alguna vez fueron inconcebibles.
“Yo mismo recuerdo una época en la que se consideraba que el poder de las energías renovables era demasiado débil y costoso para marcar la diferencia”, dijo Guterres. “Hoy en día, flotas de vehículos e innumerables hogares funcionan con energías renovables. Ciudades y países enteros aspiran a funcionar con energías renovables. Las posibilidades son infinitas«.
El secretario general de la ONU habló de una “crisis triple”: de alteración del clima, pérdida de biodiversidad y contaminación.
“Nuestras formas de vida, basadas en producir, consumir, desechar y contaminar, nos han llevado a este terrible estado de cosas”. “Pero, dado que las actividades humanas están en la raíz de esta emergencia planetaria, eso significa que también tenemos la clave para las soluciones. Ahora es el momento de transformar nuestra relación con la naturaleza y trazar un nuevo camino. El valor de la naturaleza no debe ser anulado por la búsqueda de ganancias a corto plazo”.
A su vez, la cumbre COP15 sobre la biodiversidad, que se celebrará en diciembre en Canadá, ofrecerá una importante oportunidad para adoptar un nuevo acuerdo multilateral en cuatro principios clave:
- Construir una base ética clara para la transformación que necesitamos a fin de salvar la biodiversidad;
- Luchar contra la pérdida de biodiversidad, apoyar su conservación y recuperación, y satisfacer las necesidades de las personas de forma sostenible;
- Promover la solidaridad global, teniendo en cuenta que la biodiversidad es un bien común global que requiere un compromiso compartido;
- Poner en el centro a las personas en situación de vulnerabilidad, incluidas las más afectadas por la pérdida de biodiversidad, como los pueblos africanos y marginados, las personas mayores y los jóvenes.
El cambio climático nos afecta a todos, particularmente en el hemisferio sur. El presente y el futuro del Planeta están en gran parte en nuestras manos. Si seguimos abusando y quemando los recursos naturales todos sufriremos las consecuencias, pero si cuidamos juntos la naturaleza, nosotros y las próximas generaciones, gozaremos de una mejor calidad de vida y de relaciones.
[CIDAF-UCM]