Burundi/RDC/Ruanda: dar seguridad a la posesión de la tierra para reconciliar los pueblos

3/05/2011 | Crónicas y reportajes

La tierra, su posesión, está en el corazón de los conflictos en Burundi, Ruanda y República Democrática del Congo. Expertos reunidos en Bujumbura a finales del pasado mes de marzo piden a los poderes públicos que establezcan leyes sobre el acceso a la posesión de la tierra, que permitan registrarlas, que se expidan títulos de propiedad, que den seguridad jurídica a los campesinos. Piden también que se realice una redistribución equitativa de las tierras.

Los expertos, reunidos del 28 al 30 de marzo con representantes de Burundi, Ruanda y RDC por iniciativa de la Cooperación suiza, han estado de acuerdo en la necesidad de establecer leyes justas respecto de la posesión de la tierra, y en la necesidad también de registrarlas y otorgar títulos de propiedad a los campesinos, ya que de ese modo los conflictos disminuyen sensiblemente. Para el delegado de Ruanda, el factor de la disminución de estos litigios en su país ha sido el de la política iniciada en 2009 de registro de tierras. El representante de Burundi hizo saber que el 80% de los conflictos que llegan a los tribunales en su país tienen su origen en litigios sobre la tierra. Lo mismo sucede en la RDCongo, sobre todo en el este, donde la presión sobre la tierra es cada vez mayor y es una de las fuentes de la inseguridad. Desde hace años en el Kivu los jefes consuetudinarios (bami) atizan las tensiones al vender las tierras de los campesinos a burgueses urbanos, únicos capaces de hacerlas registrar y de manejarse entre los meandros de la administración. “Los desplazados que regresan a sus lugares de origen encuentran que sus bienes raíces han sido atribuidos a otros propietarios próximos a los nuevos jefes consuetudinarios, puestos en el poder por los señores de la guerra”, según un más que irritado congoleño.

En toda la región, los conflictos sobre la posesión/ocupación de la tierra se están reavivando con el retorno de los refugiados. Los 150 participantes en la reunión de Bujumbura se han mostrado unánimes en juzgar indispensable el registro y la obtención de títulos de propiedad de la tierra, con documentos legales. En Ruanda, el centro de registro de tierras había entregado hasta febrero último 4,3 millones de parcelas, de los 10 millones que deben registrarse, en propiedad. El propietario, con el título de propiedad de la tierra puede venderla, alquilarla o darla en garantía para la obtención de un crédito. Pero, la propiedad del subsuelo sigue siendo estatal. Para los especialistas, la mejor solución es implicar a los campesinos en la delimitación de parcelas. Es lo que tratan de hacer en Burundi con la organización de comités de campesinos, ya que ello facilita los consensos. Una posible solución, según los expertos, en el Kivu sería la descentralización y el cambio de estatus de algunas entidades consuetudinarias, que serían gestionadas por una persona local elegida.

Hay enormes superficies gestionadas por un puñado de ricos o dignatarios en el poder. Por falta de tierras, numerosos campesinos burundeses emigran y explotan sin autorización esas grandes propiedades privadas, sin esperar a la reforma agraria. En las zonas densamente pobladas hay una fuerte reclamación de una equitativa e indispensable redistribución de la tierra.

En Ruanda, altos responsables políticos y militares, que habían expulsado a los campesinos para instalar inmensas granjas o pastos para sus ganado en el este del país, se han visto obligados a restituir la tierra al Estado, en concreto al Parque nacional de la Akagera. La explotación agrícola media en Ruanda es de 0,6 ha. Al menos 300.000 familias burundesas y 200.000 ruandesas no tienen ni siquiera una parcelita mínima de tierra. Los participantes en la reunión de Bujumbura preconizan una reforma agraria que redistribuya las tierras, que fije una superficie mínima que no debería dividirse.

Según la Coalición internacional para el acceso a la tierra, “en África, la tierra es explotada en un 80% por las mujeres, pero sin embargo sólo el 2% de ellas poseen derechos de propiedad sobre la tierra que cultivan”. Para la burundesa Makamba, “si la mujer no tiene derecho a heredar la tierra familiar, los conflictos por la sucesión y gestión no disminuirán”. En Ruanda, donde la ley sobre la herencia coloca en igualdad al hombre y la mujer en la explotación y gestión de la tierra, los conflictos al parecer han disminuido.

(A partir de informaciones de Syfia Grands Lacs/Rwanda)

Traducción y resumen de Ramón Arozarena.

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