La ONU advirtió el pasado martes, víspera del primer Día Internacional del Genocidio, sobre que el riesgo de violencia en Burundi degenere en genocidio. Este día, que se conmemorará anualmente el 9 de diciembre «por las víctimas del genocidio y de su dignidad y para prevenir este crimen», fue establecido por una decisión de la Asamblea General de la ONU adoptada en septiembre.
Riesgo grave
«No estoy diciendo que el genocidio vaya a tener lugar mañana en Burundi», declaró a la prensa el asesor especial de la ONU sobre prevención del genocidio, Adama Dieng. Pero insistió en que existe un «grave riesgo» de que la violencia conduzca a una guerra civil», y entonces todo sería posible». Se mostró «muy preocupado por la manipulación de la etnicidad tanto por el gobierno como por la oposición» con el fin de poner a hutus y tutsis unos contra otros.
Historia de violencia
Recordemos que «la historia de Burundi es una historia de violencia», marcada por una guerra civil (1995-2003), ha subrayado el Sr. Dieng, abogando por un «diálogo sincero» entre el gobierno y la oposición. «Es el momento de actuar», añadió, pero «no se puede resolver el problema simplemente mediante el envío de soldados».
Resolución de la ONU
El Consejo de Seguridad aprobó el 12 de septiembre una resolución, de inspiración francesa, que autoriza a la ONU a desplegar fuerzas de paz en Burundi. Pero por ahora la ONU solamente tiene previsto enviar un pequeño equipo, dirigido por Jamal Benomar, a Burundi para promover el diálogo político.
Reelección disputada
La situación en Burundi se ha deteriorado desde la disputada reelección del presidente Pierre Nkurunziza a un tercer mandato el 21 de julio.
Según la ONU, desde finales de abril, cientos de personas han muerto y más de 200.000 han abandonado el país.
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