Botsuana: Los vendedores locales sufren el efecto de la competencia extranjera

3/09/2009 | Crónicas y reportajes

Los vendedores locales de Mochudi dicen que están al borde de la ruina a menos que las autoridades hagan algo para ponerles a salvo de los negocios más grandes e inversores extranjeros.

Baleseng Anna Mataboge, que comenzó a vender verduras en la calle en 2003, después de verse obligada a cerrar su tienda de ropa debido a la dura competencia de las tiendas de los chinos, declara que “cuando vinieron los chinos trajeron con ellos productos que son muy baratos y esto acabó con los pequeños productores de ropa en poco tiempo. Conozco a más gente de mi antiguo sector que han tenido que cambiar de negocio porque las tiendas como la mía no podían competir con las baratas prendas chinas”.

“Yo me dediqué a la venta de verduras y ahora vuelvo a tener que competir con los grandes negocios, mayoritariamente regentados por indios. Me parece que voy a tener que empezar con algo nuevo muy pronto. De la manera en que están las cosas, la mayoría de nosotros habremos tenido que cerrar nuestros negocios muy pronto, a menos que el gobierno haga algo para protegernos. No me malinterpreten, no tengo nada contra los chinos ni contra los indios. No soy racista. Sólo creo que el gobierno debe hacer leyes que protejan a los ciudadanos de la competencia desleal”, explica la mujer de 45 años de edad.

Ante la pregunta de cuál cree ella que sería la solución, Anna responde: “El gobierno debería tener una cuota para los grandes negocios, para que los pequeños empresarios como yo podamos tener la parte del mercado que nos corresponde, nosotros también. Tenemos que pagar las escuelas de nuestros hijos y tenemos las mismas necesidades financieras diarias de cualquier otra persona. Cuando tengamos leyes que protejan los negocios pequeños de las personas, entonces demostraremos a aquellos que dicen que en Botsuana no hay nada bueno, que están equivocados”.

Maggie Gouwe, que asegura que ella y otros vendedores de verduras han tenido que tirar verduras en mal estado, debido a la sofocante competencia de los establecimientos más grandes, considera que no hay razón para que gente de otro país venga aquí, justo e vender verduras.

“No tengo nada contra nadie. Nunca he tenido el apartheid en mi mente, pero creo que nuestro gobierno debería protegernos como ciudadanos. Yo estoy a favor de los inversores extranjeros mientras no arruinen los modos de vida de los ciudadanos. Para mí, venir a Botsuana sólo a vender verduras no es inversión extranjera, porque roba el medio de vida a un montón de ciudadanos. Necesitamos leyes que nos protejan de esto y el gobierno debe hacer esas leyes para protegernos de la ruina”, asegura la mujer de 53 años.

“Tenemos bocas que alimentar y facturas que pagar como todo el mundo. Ahora que tenemos que pagar las escuelas de nuestros hijos la situación es muy dura. A menos que el gobierno haga leyes que den a los pequeños empresarios un trato justo, un montón de gente se enfrentará a la ruina muy pronto”, añade.

Una encuesta rápida entre los vendedores de verduras en Mochudi, revela que la mayoría de ellos están preocupados por tener que cerrar su negocio pronto y sienten que las autoridades deberían hacer algo más para ayudar a su sector a sobrevivir al impacto de la recesión económica global, sumado al peligro de ser fagocitados por los grandes negocios.

Dubani wa Dubani

(The Voice, sección “Street Wars”, (Guerras de la calle), Botsuana, 03-09-09)

Traducido por Rosa Moro, de Fundación Sur.

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