Boda o casorio, por Félix Pérez Ruiz de Valbuena

5/09/2013 | Bitácora africana

Creo haber contado en muchas ocasiones la obsesión que tienen las burkinesas por casarse.

En eso han salido muy yankees, aunque también es una cuestión cultural, porque no se concibe por estas tierras una mujer que no se haya casado, aunque sea con Dios, las monjitas católicas.

Me refiero, claro, a las mujeres de ciudad y de un cierto estatus social, las mujeres de las aldeas se van a casar, sí o sí, con quien les digan sus padres o su familia. Forma parte del acervo cultural, de la tradición africana. Mal que nos pese.

Yo, por mi parte, he estado a punto de casarme muchas veces, o al menos me lo han propuesto.

En una ocasión una amiga con la que tuve una relación, me escribió un sms pidiéndome que le encontrara un marido blanco, porque no conseguía encontrar un marido burkinés.

Ella es muy buena chica, profesora en una aldea, pero no consigue que ningún hombre de aquí se interese en serio por ella. Y comienza a estar agobiada por casarse y tener hijos.

El caso es que después de algún sms explicándole que no era fácil que le consiguiera un novio si no conseguía siquiera que vinieran a visitarme los amigos, le contesté, bromeando, que podía tomarla como 2ª esposa… desgraciadamente se lo tomó completamente en serio y me contestó diciendo que si mi mujer, Asséto, estaba de acuerdo a ella le parecía estupendo…

No supe ni qué contestarle, me quedé de piedra, incapaz siquiera de decirle que era una broma.

Así que si alguno se anima puedo poner la mano en el fuego por ella, es una buena persona.

Aquí salen fotos en los periódicos de felices parejas que se han comprometido de por vida, luego suele ser mucho menos lo de contigo pan y cebolla porque a los hombres les suele gustar mucho ir fuera de casa a comerse unos bollitos, que no sólo de pan vive el hombre, sabido es, y a las mujeres, unos pepinos.

Aunque suelen ser más los hombres a los que les gusta meterse en harinas de otro costal y comerse todo lo que se les pone por delante: bollitos, cruasanes, medias noches (hay que volver a dormir a casa) o magdalenas (madelaines).

Pensaréis que como en todas partes, pero os puedo asegurar que aquí mucho más porque las jóvenes no tienen ningún reparo en tener relaciones con hombres casados. Lo mismo pueden conseguir que deje a la esposa o que la haga 2ª esposa, ya sea en boda oficial en la Alcaldía, con todos los derechos, o boda en la mezquita o boda tradicional con prácticamente ninguno.

Estas son la mayor parte de las bodas en Burkina, sobre todo en las aldeas.

Estos últimos días hemos estado repartiendo ropa, juguetes, equipos, medicinas, etc, que nos han llegado en dos contenedores que hemos traído de España con las donaciones que nos han hecho los amigos y la empresa de mi familia, ADAMS.

Hemos ido a aldeas, hospitales, orfanatos, servicios públicos (más de quince sitios y nos quedan muchísimos más hasta que acabemos de repartir todo), aunque estamos preparando los ordenadores recibidos para regalar a algunas instituciones, y tienen que volver de vacaciones los responsables, que si aquí no se trabaja demasiado, en agosto mucho menos.

reguntando a un amigo cura burkinés, el que nos organizó las misas de réquiem para una tía mía fallecida, dónde podíamos regalar cosas para mujeres o desfavorecidos de los que se ocupa la Iglesia Católica nos puso en contacto con las Hermanas de la Inmaculada Concepción.

Ellas tienen un centro de acogida de mujeres, más bien de jóvenes. Y de niñas.

Se llama Foyer de Jeunes Filles.

Lo creó hace un montón de años un cura francés, Joanny Thévenoud, que acabó siendo Monseñor y fue el evangelizador del entonces Alto Volta.

En aquellos años se enteró de que había un colono francés que iba por las aldeas ‘comprando’ niñas.

Llegaba a la aldea, hablaba con el jefe, y pagaba y se llevaba a las que quería.

Así que monseñor decidió hacer lo mismo y ponerlas a salvo.

Y creó las Hermanas de la Inmaculada Concepción, que es la orden que se ocupa del Foyer que nos ocupa.

Y como si fuera ayer, se siguen ocupando de lo mismo: es un centro de acogida de jóvenes que huyen de sus familias y de sus aldeas ante un matrimonio forzado.

Desgraciadamente, como si en Burkina el tiempo estuviera detenido, puedes seguir comprando mujeres para ‘casarte’ con ellas, el número no importa mientras hayas echado bien las cuentas con la familia.

Me puse a pensar si no debía hacer lo mismo que el padre Joanny y montar una ONG de ‘compra’ y acogida de niñas, aunque con la fama que tengo lo mismo pensaba alguien que lo que me estaba montando era un harén.

En el Foyer de Jeunes Filles hay actualmente 18 jóvenes casaderas, por así decirlo.

Entre ellas Aisseta, de 12 añitos.

Cada vez me gusta menos este mundo.

Espero que Dios haya montado mejor el otro.

Original en : FronteraD

Autor

  • Pérez Ruiz de Valbuena, Félix

    Félix Pérez Ruiz de Valbuena. ( Calatañazor, Soria, Diciembre 1954 ) Estudió economía . Marxista-leninista de formación política, afirma que no le sirvió para hacer nada demasiado útil en la vida universitaria, salvando quizás el Festival de los Pueblos Ibéricos. Empresario familiar comparte con sus dos hermanos la propiedad de una empresa de formación. reside actualmente en Burkina Faso con la esperanza de comenzar de nuevo con proyectos que le devuelvan la ilusión. Con tres hijos y un nieto, que le hacen felices los más de los días. Y como dice Soltero y sin compromiso. Es colaborador de la Revista Digital Frontera D con su Blog Negros sobre blanco , que iremos reproduciendo en nuestra sección de Bitácora Africana, agradeciendo a Frontera D la autorización para hacerlo y por supuesto a Félix Pérez Ruiz de Valbuena

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