El 11 de marzo, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU), adoptó una resolución innovadora destinada a frenar el abuso sexual por parte de las fuerzas de paz de la ONU. La Resolución 2272 establece que si hay abusos por parte de las fuerzas de paz de un país determinado, todo el contingente será enviado a casa si las alegaciones no están suficientemente investigadas por el país en cuestión.
De hecho, esto sucedió el mes pasado con la retirada de todas las fuerzas de paz de la República Democrática del Congo (RDC) y la República Centroafricana (CAR), debido a las acusaciones de abuso sexual.
Esta es una gran victoria para el saliente secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, que ha hecho de la lucha contra el abuso sexual en las misiones de paz un objetivo personal. También cumplió la promesa que hizo a los líderes africanos en la cumbre de la Unión Africana (UA) en enero, cuando se comprometió a hacer frente a este problema antes de dejar el cargo a final de año.
El abuso sexual por parte de las fuerzas de paz se ha convertido en un problema enorme y contamina la imagen de paz de la ONU en todo el mundo. En 2015 se notificaron un total de 69 casos, la mayoría de los cuales estaban en la CAR y en la RDC. Pero no sólo las fuerzas de paz africanas están entre los acusados, un número de cascos azules franceses también fueron acusados de explotación sexual en la CAR el año pasado.
Ban tiene muchas otras cuestiones pendientes, y es difícil saber cómo las va a resolver antes de dejar el cargo. En las últimas dos semanas, el secretario general de la ONU hizo un viaje relámpago a los puntos más calientes de África que lo llevaron a la RDC, Burundi, Sudán del Sur, Argelia, Sahara Occidental y Mauritania.
Es poco probable que sea capaz de resolver todos estos temas antes de que abandone su puesto, pero sin duda parece que el Sr. Moon está haciendo un esfuerzo de última hora para dirigir los problemas en la dirección correcta.
En la RDC, por ejemplo, las relaciones con la ONU y sus 20.000 soldados de paz, está en un punto muy bajo a pesar de que el nuevo enviado, Maman Sidikou, ex diplomático de Níger, parece convencido de que puede mejorar las cosas. Además de las cuestiones en torno a la sucesión y el probable retraso de las elecciones presidenciales en la RDC, todavía existe una inseguridad generalizada en el este del país.
Además de tratar la miríada de amenazas por parte de milicias y grupos rebeldes en el este, las fuerzas de paz podrían ser absorbidas por la crisis en el vecino Burundi si las cosas toman un giro para peor. Fuentes de la cumbre de enero de la UA declararon que la ONU ya se estaba preparando para reaccionar si era necesario.
Ban visitó Burundi el 23 de febrero y habló con el presidente Pierre Nkurunziza. Según el servicio de noticias de la ONU, obtuvo algunas concesiones de Nkurunziza, incluyendo la liberación de los detenidos y el levantamiento de la prohibición a ciertos medios de comunicación. ¿Puede la ONU tomar el relevo de la UA en Burundi, porque parece que ya que es visto como un agente neutral?
Hasta ahora, ha habido una buena sinergia entre la ONU y la UA al pedir al Gobierno de Burundi que proteja a sus ciudadanos, a que entable un diálogo con la oposición y que respete los Acuerdos de Arusha. La UA acogió la visita de los embajadores del Consejo de Seguridad de Burundi a principios de enero.
Un poco de tensión podría, sin embargo, podría venir por el hecho de que la UA y la Comunidad del África Oriental se ven como los principales interlocutores de Burundi y no quieren a nadie más, como el secretario general de la ONU, para aumentar el ya elevado número de mediadores y facilitadores de la crisis.
Ban también visitó Sudán del Sur, donde instó al presidente Salva Kirr a actuar con rapidez para aplicar el acuerdo de paz de agosto de 2015. Visitó la base de la ONU en Sudán del Sur, que ha sido incapaz de detener la dramática tragedia humanitaria. El Consejo de Seguridad aún tiene que ponerse de acuerdo sobre las sanciones generales contra los beligerantes.
La última escala del viaje de Ban, a los campamentos del Frente Polisario en Argelia, fue sin duda la más controvertida y dejó en el aire la pregunta de por qué la ONU ha sido incapaz de resolver la cuestión del Sahara Occidental en las últimas cuatro décadas.
Fue la primera visita de Ban a los casi olvidados campamentos en Tinduf, Argelia occidental, donde los refugiados saharauis llevan languideciendo desde noviembre de 1975, cuando Marruecos reivindicó u ocupó el Sahara Occidental.
El 13 de marzo de decenas de miles de marroquíes salieron a las calles de Rabat para protestar contra la presunta posición sesgada de Ban contra Marruecos en el conflicto del Sahara Occidental. Marruecos también anunció que recortará su contribución financiera a la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum en el Sahara Occidental (MINURSO). Este no fue sin duda lo que Ban había previsto.
Este conflicto que ha dañado las relaciones entre Marruecos y Argelia desde hace décadas, y ha impedido a Marruecos jugar su papel en la UA, es una de las cuestiones más problemáticas del continente. Múltiples enviados de la ONU no han logrado convencer a ambas partes para celebrar un referéndum sobre la autonomía vs la independencia. Recientemente, el Sahara Occidental y los campamentos de Tinduf han sido señalados como el caldo de cultivo para el radicalismo, donde grupos como Al Qaeda, en el Magreb Islámico, encuentran a sus reclutas.
Al Sr. Moon se le vio claramente afectado por la difícil situación de los Sahraouis en los campamentos y le dijo al líder del Frente Polisario, Mohamed Abdelaziz: “no voy a escatimar esfuerzos para ayudar a hacer avanzar esta situación’. La pregunta es, ¿tendrá tiempo para hacerlo?
Por último, hay pocas esperanzas de que Ban se pueda encargar de supervisar la reforma del Consejo de Seguridad. De acuerdo con Jakkie Cilliers, Jefe del Instituto de Estudios de Seguridad de África, Ban no ha mostrado demasiado interés en este tema que es de vital importancia para los miembros de la UA. Su predecesor, Kofi Annan, si intentó jugar un papel activo. El informe de 2005 «In Larger Freedom” fue un valiente intento de poner en marcha la reforma del Consejo de Seguridad, pero Ban parece pensar que esto es imposible. El comité intergubernamental de la Asamblea General de la ONU ha estado “tocando” este tema desde 2009 sin ningún resultado tangible.
En la cumbre de enero de la UA, Ban dijo que «el Consejo de Seguridad debe ser reformado de una manera más democrática, representativa y transparente». Sin embargo, agregó que la falta de consenso entre los estados miembros de la ONU está bloqueando el proceso.
El trabajo de secretario general de la ONU es sin duda difícil y crucial para África. Más de la mitad de las 16 operaciones de paz de la ONU están en África y varias agencias de la ONU están ayudando a los refugiados, alimentando a los hambrientos, deteniendo el uso de niños soldados y muchas otras tareas. A Ban Ki-Moon le quedan menos de nueve meses para intentar lo máximo posible, no se puede presentar a la reelección por lo que no tiene nada que perder.
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Fundación Sur
