La creación de Jimena Adugu nos proyecta hacia un mundo literario inédito, donde se lee, sin cesar, las quinientas y mil historias que salen de la frondosa selva africana. Jimena recoge así el grito ancestral de su pueblo, que brota de la tierra madre africana, y lo transforma en un relato continuo y nunca acabado.
En su largo viaje de textos lejanos, narrados e interpretados con un toque moderno, la pluma de Jimena refleja un espacio literario ilimitado, sin fronteras. Desde África hasta Occidente. Estas historias sacadas de la selva son el sello original, la marca de fábrica que caracteriza a la joven escritora guineoecuatoriana.
Adugu es una mujer polifacética. Su obra es el producto de un mestizaje literario, una identidad forjada por la convivencia con otras etnias y culturas. Jimena empezó a escribir notas en la arena, o en suelo de su casa con carbón, muchas veces regañada por sus progenitores. Luego conoció la tiza, con la que dejaba su rastro a modo grafiti en las paredes, por donde pasaba. Sus mensajes están llenos de amor, rabia y busca de orgullo extraídos de las diferentes experiencias vividas y oídas y de las etnias con las que ha convivido a lo largo de su vida. Relatos múltiples y diferentes que repercutirán más tarde en su mente al compartir sus ideas con otros pensadores, con unos textos muy sugestivos, como una liturgia, que se une a los valores de su infancia. Una unidad proclamada dentro de la diversidad como lo deja sentir en el siguiente tema.
En esta obra he visto que detrás de Jimena se esconde todo un cúmulo de experiencias repletas de dolor y pérdida de la inocencia infantil y adolescente debido a la falta de oportunidades e información que sufre la mujer y también el resto de los habitantes del diminuto Estado de Guinea Ecuatorial. A pesar de los momentos alegres que su autora nos presenta, en esta obra encontramos episodios trágicos, llenos de tristeza, con un horizonte secuestrado por la mala política nacional. La autora nos transmite su grito de frustración y desilusión por una vida truncada, en muchos casos, por la falta de autoestima en la gran mayoría de las mujeres de nuestro país. Esta obra nos viene a ofrecer el daño psicológico que caracteriza a la mujer guineoecuatoriana.
La edición de este libro es continuación de un proyecto audiovisual en YouTube La mujer es la llave maestra cuyo objetivo es la promoción de la cultura guineoecuatoriana, así como la defensa de la libertad de expresión y derechos de la mujer en una sociedad difícil y estancada.
Leer esta obra remite al lector a ese mundo traumatizante que marca profundamente a todos los habitantes de Guinea Ecuatorial. Y lo que ahora nos presenta viene siendo un gran problema desde hace mucho tiempo. La cruda realidad de nuestro país. Jimena inicia de esta manera su terapia e invita al lector a sumarse a su iniciativa hablando de su dolorosa experiencia.
Os recomiendo esta primera obra, escrita entre Malabo y Madrid.
Baron Ya Búk-Lu (trovador urbano y escritor)
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