La Oficina Nacional de Estadística de Malaui ha manifestado que la mitad de la población del país vive con un dólar diario o menos. Desde el año 2021, el país ha sufrido una grave escasez de divisas como efecto de la reducción de las exportaciones. A su vez, esto ha causado la escasez de bienes esenciales: medicinas, combustible y productos alimentarios. El pasado mes de junio Ralph Tseka, portavoz del Banco de la Reserva, comunicó que las reservas nacionales de divisas estaban prácticamente vacías.
Tanto la pandemia como la guerra en Ucrania han agudizado la crisis debido a los efectos en la cadena de suministro global. Las exportaciones e importaciones se vieron directamente afectadas por los sucesos ocurridos a nivel mundial en los últimos años, desembocando en la inflación de los precios en Malaui y en la falta de divisas. En adicción, el ciclón tropical Freddy, que azotó el país en el pasado marzo, provocó un efecto dominó y su impacto terminó por desencadenar el desplazamiento de alrededor de 90.000 personas en Blantyre y el sur del país.
El Banco Central de Malaui devaluó el kwacha un 25 % en mayo, registradose en octubre niveles de debilitación de la moneda de un 4,87 % más, en gran medida como resultado de la inflación interanual. El director ejecutivo de la Asociación de Consumidores, John Kapito, ha alertado de que “lo peor está por venir”, y ha puesto el foco en la situación que atraviesa actualmente el país:
“Durante mucho tiempo el país no ha logrado equilibrar sus importaciones con las exportaciones, dependiendo en gran medida de los donantes para sus reservas de divisas. Nuestro gobierno no está en una posición en la que pueda amortiguar a nadie. Su recaudación de ingresos ha disminuido drásticamente como resultado de la inactividad del mercado y actualmente está luchando para pagar su sobredimensionada administración pública”.
Autor: Rabson Kondowe
Fuente: Al Jazeera
[Traducción y edición, Yara Fernández]
[CIDAF-UCM]