Argelia: el fenómeno de la mendicidad se acentúa La cara oculta de la ciudad de Batna

12/04/2011 | Crónicas y reportajes

Las estadísticas revelan hoy que el numero de los sin techo (hombres, mujeres, niños) se ha cuadruplicado en Batna, en el espacio de tres años.

Son las cinco de la mañana , en uno de los más antiguos cafés de Batna ( el café Guedra) a 300 metros de la mezquita El-Atik, un hombre visiblemente cansado aparece, lleva una manta vieja sobre la cabeza, pide al dueño del local que le busque si puede un sitio donde refugiarse hasta el amanecer. Aunque el propietario del café no parece agrandarle la petición, al final accede a ella. Cuando le preguntan el porqué de su reticencia, el raïs, como le llaman los clientes, responde que esta no es ni la primera ni la última intrusión de la noche en el café. “Nos enfrentamos todos los días a las mismas historias, oímos las mismas cantinelas”. Los clientes no pueden contradecirles pero en lo profundo de ellos mismos están tristes-dicen-de asistir todos los días a este lamentable ballet matinal.

Los camioneros, los funcionarios, los empleados que frecuentan este café cuentan historias, a cual más triste, sobre todo cuando los protagonistas son mujeres solas o niños que pasan la noche en la calle, a veces a 10º grados bajo cero. En efecto, las estadísticas revelan que el numero de los sin techo (hombres, mujeres y niños) ha cuadruplicado en Batna en 3 años. Hay que añadir a esto una nueva forma de mendicidad agresiva practicada por chicos muy jóvenes y cuyo blanco preferido son los estudiantes cuando salen de la Universidad o las chicas. En la “Dirección de la Acción Social” (DAS) no hay todavía ni departamento, ni responsable encargado de esta cuestión. “Tenemos un problema particularmente grave cuando los sin techo son deficientes mentales y desgraciadamente es lo que ocurre más a menudo. Nosotros no nos ocupamos únicamente de los sin techo, además tenemos que alojar a los menores en sitios seguros, preparar colonias de vacaciones para los indigentes y los necesitados, estamos ya exigiendo informes rigurosos para preparar la cesta de Ramadán”, nos dice el Señor Tenah, sicólogo de la DAS. En la Dirección de la Acción social, la cuestión de los niños vagabundos y de los sin techo no es prioritaria, y esta situación corre el peligro de durar.

Existe en el departamento de la acción social, una comisión encargada de la lucha contra el vagabundeo, en ella están representadas la Asamblea Popular Comunal, la dirección de la Acción Social, la Protección civil, la Policía y la Salud Publica. El presidente es el jefe de la Subprefectura (daïra).

Hay sin embargo un problema grave de coordinación, de presencia, de responsabilidad y de disponibilidad. Este problema impide que la comisión sea eficaz. El equipo reducido de la asamblea popular comunal (APC) conoce mejor el terreno y esta más en contacto con la dura realidad de la clandestinidad que la Dirección de Acción Social. Un jefe de departamento, que quiere quedar en el anonimato porque no está habilitado para comunicar con la prensa, nos explica que, a menudo el vagabundeo continuo sin ningún lazo social (familias, amigos) conduce a hechos delictivos peligrosos. Según nuestro interlocutor, la mendicidad no es más que una pantalla o un primer paso hacia prácticas ilícitas más peligrosas, sobre todo, en los menores abandonados a ellos mismos, sin ninguna protección. Hay al menos 200 sin techo en Batna de los cuales el 85% son mujeres.

La casa de Solidaridad (Dâr Tadhemoun) situada en el barrio Kechida, no está ni mucho menos equipado para recibir esta categoría de personas de la sociedad. Todas las experiencias y tentativas, que emprende la comisión, fracasan dolorosamente. La casa de la solidaridad no proporciona ni alimentos, ni cuidados médicos, ni tiene dirección.

Un sexagenario se salvo gracias al propietario de un café que lo aloja y alimenta. Un antiguo funcionario pasa la noche en una canalización de hormigón, el guardián de un parking comparte con él su comida.

Muchos rechazan la cobertura ofrecida por los establecimientos del Estado, y de ahí los niños instalados como centinelas en los semáforos (carretera de Biskra) para acosar a los automovilistas cuando suelen pararse. Todo el mundo los conoce excepto los servicios concernidos.

Una cuestión y, una de las más sensibles tratada desde lejos a base de fichas y expedientes, lejos del terreno.

Rachid Hamatou

Publicado en el diario Liberté, Argelia. Sección La Argelia profunda, el 29 Marzo 2011.

Traducido por Inmaculada Estremera, H.m.n.s.d.a.

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