Aranceles, Trump y el Sur Global (una entrevista con el economista Aboulaye Ndiaye)

8/05/2025 | Entrevistas

Faisal Ali, periodista para The Guardian y Geeska, entrevista al economista Aboulaye Ndiaye, graduado y máster por la Escuela Politécnica de París y doctor por la Universidad Northwestern. Ndiaye ha sido economista investigador en el Banco de la Reserva Federal de Chicago y en la actualidad es profesor en la Escuela de Negocios Leonard N. Stern de la Universidad de Nueva York.

«Día de liberación» fue como el presidente estadounidense Donald Trump lo describió al agitar con regocijo un proyecto de ley introduciendo aranceles radicales contra los socios comerciales globales de su país. «Los contribuyentes han sido estafados durante más de 50 años«, añadió, presentándose como solemne defensor de los Estados Unidos. «Pero esto ya no va a suceder«. A pesar de los intentos generalizados de explicarle a Trump que son los consumidores estadounidenses quienes tendrán que absorber el costo de estas nuevas medidas, el presidente ha seguido adelante con determinación. Un funcionario de la UE dijo que es más un «día de inflación» que un «día de liberación«. El objetivo de Trump es, ostensiblemente, restaurar la manufactura en Estados Unidos, pero como señaló el célebre economista surcoreano Ha-Joon Chang, se necesita una estrategia para construir una industria, no solo impuestos punitivos para las empresas que quieren vender productos en su mercado. En tan solo unos días, los aranceles han provocado inestabilidad en las bolsas mundiales y han desplomado el dólar.

La medida ha recibido críticas generalizadas tanto de aliados como de adversarios, y ninguno de ellos se ha librado de ellas. David Lammy, secretario de Asuntos Exteriores del Reino Unido, sugirió que la política de Trump ha hecho retroceder a Estados Unidos un siglo. El presidente francés, Emmanuel Macron, calificó los aranceles de «brutales e infundados«. Pekín, que exporta una gran cantidad de productos a Estados Unidos y se enfrenta a un arancel del 104 %, advirtió que no habría ganadores en una guerra comercial y pidió a Estados Unidos que cesara la «intimidación unilateral«.

Ni siquiera los periódicos financieros más importantes del mundo han perdonado a Trump. El Financial Times lo calificó de «un asombroso acto de autocastigo«, mientras que el Wall Street Journal afirmó que el único verdadero ganador sería el líder chino, Xi Jinping, describiendo los aranceles como un «regalo estratégico«.

En África, el panorama es algo más complejo. La mayoría de los países se han visto afectados por el extremo inferior del espectro arancelario, con un impuesto del 10%, pero los más altos han recaído en Lesoto (50 %), Madagascar (47 %), Mauricio (40 %) y Botsuana (38 %). Las medidas también ponen en peligro los existentes acuerdos comerciales preferenciales de Estados Unidos con determinados países africanos a través de la Ley de Crecimiento y Oportunidades para África (AGOA), que les permite exportar bienes al mercado estadounidense en condiciones favorables. Sin embargo, han sido eximidas las importaciones de energía y productos básicos clave, que son las principales contribuciones de África a la economía mundial. La agricultura ha presentado una situación más heterogénea.

En teoría, esto debería proteger a estos países del impacto de estas medidas, pero no está tan claro, argumenta Aboulaye Ndiaye, profesor de la Escuela de Negocios Stern de la Universidad de Nueva York. Ndiaye, execonomista de la Reserva Federal de Estados Unidos, habla con Geeska sobre el impacto que espera que tengan los aranceles, lo que pueden hacer los países africanos para mitigarlos y por qué necesitamos reavivar rutas comerciales más orgánicas que puedan ayudar a respaldar el comercio intraafricano.

Faisal Ali: Cuando revisé la lista de aranceles sobre África me pregunté si tendría algún impacto en el continente, dado que Estados Unidos introdujo exenciones para una larga lista de metales, petróleo y gas, las principales exportaciones de África. Libia, por ejemplo, obtuvo el 31 %, pero en realidad solo exporta petróleo. ¿Somos demasiado complacientes si decimos que el impacto en el comercio africano, en su mayor parte, es algo exagerado en esta etapa?

Aboulaye Ndiaye: Eso es una gran pregunta. Entonces, si analizamos cada país y decimos que sus principales exportaciones no se ven afectadas, de modo que el impacto práctico es limitado, sería sin duda una visión arriesgada. Así que, sí, es probable que el impacto inmediato no sea tan grande en muchos lugares, pero habrá impactos secundarios porque nos enfrentamos al mundo, y este responderá y tomará represalias, ya que ahora estamos en una guerra comercial global. Sabemos, por ejemplo, que los mercados bursátiles se ven afectados, y cuando el capital escasea, África es uno de los lugares donde la gente aprieta el gatillo primero. También hay grandes exportadores de petróleo, como Angola, Nigeria y Argelia que dependen en gran medida del petróleo, por lo que la caída de los precios mundiales del petróleo tendrá gran impacto sobre sus negocios y presupuestos. Pero incluso esto ayudará a otros que importan energía, como Kenia e incluso Senegal.

Como africanos, debemos pensar en cómo nos alinearemos y cuáles serán nuestras respuestas.

FA: Trump, básicamente, se queja de que Estados Unidos tiene una balanza comercial negativa con muchos países del mundo, una de las cosas que cree que estos aranceles solucionarán. Esto significa que la mayoría de nosotros vendemos más productos a los estadounidenses de los que compramos, y cree que esto está relacionado con los aranceles punitivos que muchos países aplican a los productos estadounidenses. ¿Ayudará esto a Estados Unidos a reequilibrar su comercio con sus socios africanos?

AN: Es como si yo fuera a mi barbero con quien tengo una balanza comercial negativa porque básicamente recibo un servicio de él. Y si algún día quisiera tener una balanza comercial positiva, le añadiría un impuesto a que me corte el pelo y trataría de empezar a cortarle el suyo. Esa lógica básicamente no tiene sentido. Por lo tanto, la conclusión es que debemos pensar en el impacto a largo plazo. Y no me refiero a unos pocos meses, sino a años. Entonces, no deberíamos tomar medidas demasiado drásticas, pero sí debemos buscar alternativas.

FA: La mayoría de los países africanos también realizan la mayor parte de su comercio actualmente con China, no con Estados Unidos. Creo que hay algunas pocas excepciones donde Estados Unidos es el principal socio comercial. Pero, en su opinión, ¿cuánto atenuará eso el impacto de estos aranceles en todo el continente?

AN: Atenuará el impacto porque significa que han diversificado sus socios comerciales, pero necesitan ir más allá. Algunos analistas ahora están pensando en cómo aumentaremos el comercio entre nosotros —me refiero entre los africanos— e incrementar el comercio intraafricano. Pero necesitamos negociar más acuerdos comerciales bilaterales, específicos para cada país, dentro y fuera de África para ayudar a explorar más alternativas. Esto incluye a Estados Unidos, así que deberían tomar la iniciativa.

FA: Dos países han logrado evitar los aranceles por completo: Somalia y Burkina Faso. ¿Por qué lograron evitar esta situación?

AN: Bueno, ¿sabes qué otro país logró evitar esto? Rusia. La mayoría recibió al menos un 10 %. Así que creo que en parte se debe a que estos países no tienen un volumen comercial tan grande con EE. UU.

FA: Lesoto fue señalado como un país que enfrenta un gran desafío debido a la medida de Trump. Se enfrentan a un arancel del 50 % en un sector que representa alrededor del 20 % de su comercio. El ministro de Comercio del país, Mokhethi Shelile, ha expresado su preocupación por la pérdida de empleos y el cierre de fábricas. ¿Cómo deberían abordar este problema otros casos como el de Lesoto, que no son muchos?

AN: Para Lesoto, el 50 % es una cifra enorme. El cierre de fábricas es una gran preocupación. Pero permítanme darles un ejemplo del primer mandato de Trump, donde hubo una guerra comercial. Muchas empresas chinas simplemente se llevaron sus máquinas y fábricas desde China, lo desmantelaron todo, y trasladaron sus equipos a Vietnam, donde había aranceles más bajos, y continuaron exportando a Estados Unidos. ¿Cierto? Así que existen alternativas para estas empresas: pueden trasladar su producción. Lesoto, y países similares, también pueden considerar terceros países a los que podrían re direccionar su producción.

En general, mi principal preocupación es el impacto acumulativo de estos aranceles y sus repercusiones en un momento en que Estados Unidos también ha recortado la ayuda exterior a los países africanos. Los presupuestos de estos países están bastante ajustados y les resulta difícil recaudar fondos a través de los mercados privados. Estas son las vulnerabilidades, acumuladas, que actualmente representan el mayor desafío.

FA: El comercio dentro del continente ha sido un desafío durante mucho tiempo en todo el continente. Casi todos los países, con la excepción de aquellos que exportan a Sudáfrica, tienen socios comerciales extracontinentales. Se han realizado algunos esfuerzos en este sentido, como una zona de libre comercio continental y bloques regionales de libre comercio como la Comunidad de África Oriental. ¿Por qué estos esfuerzos no han avanzado con mayor rapidez ni han modificado la estructura comercial de las economías africanas?

AN: Como usted ha señalado, ha habido algunas iniciativas ambiciosas. Están los bloques de África Oriental, África Occidental y África Austral, y todos ellos tienen sus propios acuerdos comerciales. Y ahora, está la Zona de Libre Comercio Continental Africana. Pero, lamentablemente, todos estos son tigres de papel. No aportan mucho. Todavía existen muchas barreras al comercio. La infraestructura que lo facilita no está bien desarrollada, existen trámites aduaneros engorrosos, las regulaciones no son uniformes y, por último, existe una considerable resistencia política a una mayor integración.

Necesitamos una mejor comprensión de la historia para resolver algunos de estos problemas, en lugar de pensarnos solo en términos de colonización o poscolonización. Si analizamos los acuerdos comerciales más lógicos para los países africanos, no son los que se han construido durante los últimos 60 años del período poscolonial. Más bien, se verían vínculos más naturales. Por ejemplo, al conversar contigo, yo soy de Senegal y tú de Somalia; el vínculo es más estrecho de lo que crees. Tomemos como ejemplo Arabia Saudita, un importante socio comercial para tu país; esa ruta es también muy transitada por los africanos occidentales, como Mansa Musa, el más famoso, que viajó desde Malí hasta el Hach. Existían muchas rutas comerciales transaharianas y de más allá del Sahel.

No sé si has visto la película Yo capitán, que retrata este tema. Es una película sobre la migración, pero no muestra solo a las personas que salen de África y llegan a Europa, sino que también muestra el camino. Van desde Dakar, Senegal, pasando por Malí, Níger y Yamena, y terminan en Libia, donde enfrentan numerosas dificultades. Todas estas partes del mundo se han visto envueltas en terrorismo y conflictos, pero si observamos la historia a largo plazo, esta ruta fue rica en comercio e intercambio, un comercio orgánico, bien documentado por los historiadores. Lo que quiero decir es que, si aplicamos el concepto económico de persistencia, que considera cómo los patrones existentes tienden a volverse endógenos, estos bloques actuales no se basan realmente en estos patrones más largos y persistentes, en estas rutas comerciales que han existido durante años. La gente ha comerciado con oro, sal y otros productos desde las costas de Senegal a lo largo de estas rutas migratorias, hacia el norte hasta el Mediterráneo y a través del Sahel hasta el Mar Rojo.

Las geografías donde se encuentran las afinidades y los patrones comerciales africanos son diferentes de estos bloques que hemos establecido basados en el idioma y otras consideraciones. Estas rutas comerciales históricas más largas necesitan más infraestructura y otros elementos que las respalden, y debemos replantearnos esto.

Faisal Ali

Fuente: Africa is a Country

[Traducción, Jesús Esteibarlanda]

[CIDAF-UCM]

 

Más artículos de webmaster
Africanía (radio-podcast), 19-05-25

Africanía (radio-podcast), 19-05-25

Africanía (radio-podcast), 19-05-25.- Hablamos sobre la colonialidad del español como lengua de poder en Guinea Ecuatorial con Susana Castillo,...