Al politizar todo en la vida, abandonamos la verdad, la justicia y el bien común

6/10/2025 | Editorial, Opinión

Los ejemplos de politización de la economía, la educación, la sanidad, el deporte y el desarrollo son patentes cada día en la mayoría de los países del globo. Podemos observar estos procesos de politización, manipulación, invasión y control de los medios de comunicación, de la música y del deporte en la mayoría de los gobiernos del planeta.

Entonces nos olvidamos de la realidad de opresión y abandono graves que sufren numerosos países y pueblos, para fijarnos y elegir lo que nos interesa por diversas razones, políticas, económicas y estratégicas.

Así, ignoramos realidades trágicas, olvidadas y marginadas como las de las víctimas en Sudán, en la República Democrática del Congo (RDC) y en Etiopía, para fijarnos únicamente en Ucrania y Gaza.

Daniel O`Malley, jefe del Comité Internacional de la Cruz Roja en Sudán, destaca que “los números de desplazados, de muertos, de heridos de familias separadas, de detenidos son astronómicos y más incluso en Sudán, que en Gaza y Ucrania”.

Este conflicto del Sudán, norte y sur, lleva varios años aumentando su espiral de violencia, propia de una guerra civil, sostenida por diversos poderes mundiales. Pero no está en los medios de comunicación, porque no es una prioridad política o económica para los gobiernos de la UE y otros focos de poder.

Cuando anteponemos los beneficios propios de un grupo, empresa, partido o ideología a la realidad misma, a la dignidad de cada ser humano y al bien común de todos los pueblos, entonces no podemos pretender que obramos en favor de la justicia social y de los derechos humanos universales.

Necesitamos fundamentar nuestras opciones, decisiones y compromisos personales y comunitarios, sobre los principios solidos de la Justicia Social y de la ética. Todos los avances tecnológicos y digitales, especialmente de la IA, deben ser inspirados y guiados por los criterios de la ética y justicia social, para que puedan construir una sociedad más solidaria, y una familia humana donde nos cuidemos unos de otros. Los radicalismos actuales de muchos gobernantes son un peligro para la convivencia social y el desarrollo sostenible de los pueblos.

Si nos dejamos llevar por el poder y control, por lo rápido, lo popular y lo apetecible, seremos incapaces de escuchar a los demás, nos quedaremos en la superficie de la vida, sin llegar a cultivar relaciones más inclusivas y profundas y a poder enfrentarnos con serenidad y paz, a los retos que nos vaya presentando la vida.

Los antidepresivos y calmantes no son una solución duradera o real a nuestras experiencias dolorosas. La solución no está en las pastillas, sino en la capacidad personal de vivir una vida y relaciones significativas que nos llenen de vida, sentido y ánimo para saber integrar todas las experiencias de la vida, para el bien de la familia humana y del planeta.

CIDAF-UCM

Autor

  • Nacido en Izco (Navarra), en 1942, estudió filosofía en Pamplona (1961-1964). Hizo el noviciado en Gap – Grenoble (1964-1965), con los Misioneros de África (Padres Blancos). Estudió Teología en el instituto M.I.L. de Londres, (1965-1969), siendo ordenado sacerdote en Logroño, en los Padres Blancos en 1969.

    Comenzó su actividad misionera en África en 1969, siendo enviado a la diócesis de Hoima en Uganda, donde estuvo trabajando en la educación, desarrollo y formación de líderes durante nueve años. Luego vivió un periodo de trece años en diversas ciudades europeas, trabajando en la educación y capacitación de los jóvenes (Barcelona 1979-1983)) , en Irlanda como responsable de la formación de los candidatos polacos (1983-1985), y en Polonia donde fue Rector del Primer Ciclo de Filosofía Polaco (1985-1991), y se doctoró en Teología espiritual en Lublin, donde fue nombrado profesor de la misma Universidad Católica de Lublin (KUL), de dicha ciudad, en 1991.

    Regresó a Uganda en 1992, y fue elegido Provincial de los padres Blancos de Uganda hasta 1999. Durante este periodo, fue también presidente de la Asociación de Religiosas-os en Uganda (ARU), y pionero en la construcción del Centro Nacional de Formación Continua (USFC). Además inició la Comisión de Justicia, Paz e Integridad de la Creación (JPIC) en 1994, trabajando en la formación de líderes en JPIC.

    En 2000 y 2004 cursó estudios sobre educación en Justicia, Paz, y Transformación de Conflictos, en Dublín. Desde su regreso a Uganda, fue pionero en la capacitación de agentes sociales en JPIC, y en el establecimiento del primer Consorcio de Educación Ética (JPIIJPC), lanzado por seis Congregaciones Misioneras, en 2006. Desde el inicio, y hasta junio 2011, ostentó el cargo de primer Director del Instituto. Al mismo tiempo fue profesor invitado de Ética en la Universidad de los Mártires de Uganda (UMU).

    En septiembre de 2011 fue nombrado director general de África Fundación Sur (AFS), organismo que dejó de existir en 2021. En la actualidad sigue trabajando por África al 100 % siendo, entre otras ocupaciones, editorialista en el CIDAF-UCM.

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