Los poderes coloniales fundaron un sistema de explotación en África que dio origen al capitalismo opresor, y que continua hoy saqueando los recursos naturales y minerales del continente y esclavizando a los pueblos africanos.
África está en el centro de nuestra modernidad, riqueza y formas de gobierno. El tráfico del oro, tabaco, azúcar, algodón, madera, uranio, coltán, petróleo, etc., junto con el cruel tráfico de doce millones de esclavos que fueron encadenados y desterrados de África, ofrecen una imagen realista del origen de nuestra riqueza y modernidad, basada en la explotación brutal de África, por el mundo “civilizado”.
Se está produciendo el desarrollo de una África nueva. Los silenciados de ayer ya hablan. Los empobrecidos y asistidos de ayer echan fuera de África a sus “maestros de la civilización”. La nueva generación de africanos ya está protagonizando el rol importante que tiene que jugar África en el nuevo escenario mundial multipolar del planeta actual.
África está adquiriendo una mayor presencia, liderazgo y protagonismo en todos los ámbitos de la vida actual: cultural, político, económico, musical, deportivo, académico y mediador, en el mapa de la geopolítica global.
Joan Carrero es un experto en el tema de la violencia en la región de los grandes lagos de África oriental, un tema que las potencias occidentales se empeñan en ocultar. Su libro “África, la madre ultrajada” es una excelente presentación sobre esa compleja realidad.
La mayoría de los medios de comunicación, en manos de los gobernantes, nunca nos darán una explicación de lo que realmente mantiene al continente en esta situación de miseria y violencia, porque la verdad apunta directamente contra el sistema de dominio político y económico que defienden: un capitalismo neocolonial disfrazado de democracia.
La ONU se retrata como una agencia de gestión para la paz y el bien común, pero sigue dirigida y financiada por los grandes poderes, que, con ella, han conseguido convertir a la Ruanda actual en el equivalente del Estado de Israel para oriente Medio, ósea: un enclave el servicio de los grandes poderes mundiales que siguen controlando y saqueando los recursos de la región de los Grandes Lagos.
De este modo, las potencias capitalistas ya pueden controlar una zona rica en minerales estratégicos como el coltán, el oro y titanio a través de su guerrilla títere del M23, y tras tomar el poder en Ruanda e invadir la RDC, gestiona el comercio de estos minerales básicos para las nuevas tecnologías.
De hecho, Ruanda y Uganda son los principales exportadores de oro y coltán, sin contar con una sola mina explotada por ahora en su propio país.
Aunque de forma injusta y cruel, África sigue siendo la fuente de la riqueza y de la tecnología en el norte global.
Los poderes políticos y económicos nunca cambiarán su forma de acaparar más y más riquezas, aunque sea a costa de tantas vidas humanas empobrecidas, marginadas y privadas de lo básico para una vida digna.
Necesitamos creer en el poder de los pueblos y sociedades, pues a lo largo de la historia han logrado, con mucho valor y compromiso, superar todo tipo de esclavitudes y abusos de poder. El pueblo, en cada país, cuenta con el poder, pero necesita la fe y el compromiso conjunto para regenerar la política y también la gestión de todos los recursos disponibles para el bien común. Solo el pueblo oprimido y unido será capaz de superar toda opresión y esclavitud.
Los pueblos africanos son la esperanza de África y de todo el planeta, gracias a su único potencial humano, natural y mineral. África ya comienza a ser más y más protagonista en todo los ámbitos de la nueva geopolítica global.
CIDAF-UCM