Nigeria ha separado 5 millones de dólares para actividades de la diáspora y destinado un estipendio de 2.500 millones de dólares para pagar a cualquier miembro de su enorme número de expertos que viven en el extranjero, que decida volver al país, en un intento de convertir la “fuga de cerebros en captura de cerebros”.
Por toda África, ya hay intentos de operar de este modo.
En Kenia, ya circula un proyecto que es un documento de temporada, y se ha abierto una página web para identificar la formación y experiencia de los ciudadanos que trabajan en el extranjero.
En Senegal, se ha creado un ministerio para ocuparse de los asuntos de la diáspora, mientras que en Tanzania, el plan es ir a por la experiencia de los peces gordos y no a por los “dagaa” [unos peces pequeños que se pescan en el lago Victoria], según el jefe de la delegación del país, el profesor Shukuru Kawambwa.
Estos grandes sueños fueron expresados en una conferencia celebrada en la capital de Burkina Faso, Uagadugú, que se celebra bajo los auspicios de la Asociación para el Desarrollo de la Educación en África, ADEA.
Entre los países citados por tener un gran número de ciudadanos altamente cualificados en la diáspora estaban Zimbabue, Suráfrica, Etiopía, Argelia, Túnez, Ghana y Egipto.
El enorme número de expertos que vive en el extranjero, en la mayoría de los casos es el resultado de un buen sistema de educación que permite la producción de personas altamente cualificadas, que han salido a buscar pastos más verdes.
En otros casos, es el resultado de conflictos que han obligado a muchos a huir de su tierra natal.
Hay dos niveles de africanos en la diáspora.
“Están aquellos que nacieron en el continente y salieron voluntariamente y están los otros que fueron expulsados a la fuerza hace muchos años”, afirma la profesora Kimberly L. King-Jupiter, de la universidad estatal de Albany, Estados Unidos.
La profesora añade que “los que fueron expulsado a la fuerza de nuestra casa y viven en los EEUU reciben mensajes sobre África que no son positivos, así el reto de esa parte de la diáspora es pasar por encima de esos mensajes sobre la inferioridad negra, para volver a conectar con el continente”.
Los expertos africanos que residen en EEUU ya se están reuniendo una vez al mes para coordinar la transferencia de sus conocimientos al continente.
Uno de esos expertos es el doctor Wilson Wamani, un keniano que vive en Tejas, que ha desarrollado un sistema para comprobar el buen estado de las uniones de los raíles del tren para evitar descarrilamientos.
Como parte de sus esfuerzos por aprovechar el enorme potencial del continente, la Unión Africana va a abrir una universidad que atraerá a expertos que vivan fuera de África, para llevar a cabo investigaciones sobre el continente.
La delegación de Kenia en la reunión de Uagadugú está liderada por el ministro de educación, Sam Ongeri. El profesor Ongeri también es presidente de los ministros de educación africanos y copresidente de la ADEA.
Ongeri explicó que la ADEA se celebra cada tres años para revisar el progreso de la educación, este año precedida de la sesión especial de expertos extranjeros en África, y una exposición de una delegación de Corea del Sur que explicó cómo el país asiático pasó de ser un país subdesarrollado a ser uno de los más avanzados del mundo, en menos de 50 años.
HENRY OWUOR
(Daily Nation, Kenia, 13-02-12)
