El protocolo sobre el trabajo forzoso de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), adoptado por la Conferencia Internacional del Trabajo en 2014, entró en vigor el pasado 9 de noviembre de 2016.
Todos los países que lo han ratificado – Níger, Noruega, Reino Unido, Mauritania, Mali, Francia, Republica Checa, Panamá y Argentina – se verán a partir de ahora obligados a cumplir las obligaciones emanadas del Protocolo. “El protocolo de la OIT ha entrado en vigor e impone a todos aquellos países que lo han firmado a tomar medidas adecuadas y eficaces para eliminar el trabajo forzoso, tanto como proteger las víctimas y darles un acceso a la justicia”. Lo ha recordado el director general de la OIT, Guy Rider, a lo largo de una conferencia junto con los dirigentes de la Organización Internacional de los Empleadores (OIE), y de la Confederación Sindical Internacional (CSI).
Hoy en día, 21 millones de personas en el mundo son víctimas del trabajo forzoso. Esas personas son las más vulnerables de nuestras sociedades –obreros agrícolas, migrantes, trabajadores domésticos, marinos, mujeres y niñas forzadas a prostituirse y otras víctimas de actos abusivos, explotadas y poco o nada remuneradas. La OIT estima que el trabajo forzoso genera 150 billones de dólares de beneficios ilegales cada año.
El dia que entró en vigor el protocolo, Argentina anunció su determinación en el ámbito de acabar con la esclavitud moderna, volviéndose el noveno país en ratificar este protocolo. En noviembre de 2017, Argentina también recibirá la próxima conferencia mundial sobre el trabajo infantil y el trabajo forzado en Buenos Aires.
Articulos vínculados:
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– Níger fue el primer país que aprobó el protocolo contra el trabajo forzoso
[Traducción y edición, Adrien Peres]
[Fundación Sur]