La muerte del primer presidente democrático de Sudáfrica Nelson Mandela ha hecho encender de nuevo el debate en el oeste para la cancelación de la deuda de África que durante tantos años ha incapacitado el desarrollo económico en el continente. Nunca en la historia del mundo la muerte ha unido a gentes de todas clases.
Pero uno se pregunta por qué los líderes del mundo, especialmente los del llamado Oeste estaban evocando cuando desembarcaron en la tierra de África camino del estadio FNB.
¿Eran conscientes esos líderes de que esa es la misma tierra que hoy soporta las cicatrices y tormentos del horrible dolor infligido a sus antepasados?
¿Eran esos líderes conscientes del hecho de que el débil estado económico en que África se encuentra hoy día puede trazarse hasta el pasado de los años horribles de la esclavitud y colonialismo?
Es muy irónico que esos líderes deban de haber malinterpretado el ambiente de celebración que ha caracterizado el servicio de homenaje como una evidencia de la voluble naturaleza africana y por tanto des familiarizada con la historia.
Nada más lejos de la verdad. Los africanos ciertamente son capaces de racionalizar las cosas. A pesar de que su habilidad para perdonar es legendaria, seguramente conocen las raíces de su precario estado que entre otros factores está paralizada por una continua inflada deuda.
Ya ha pasado más de una década desde que la Asamblea del Consejo Mundial de las Iglesias se encontró en Zimbabue y pasó la resolución de hacer campaña para la cancelación de la deuda que se debe de los países de desarrollo al oeste.
Mientras que es difícil cuantificar el total de la deuda que África debe al oeste, los efectos de la esclavitud y el colonialismo transcienden las fronteras y es a través de esa historia compartida que África debe de hablar como una sola voz.
Muchos concienzudos africanos argumentan que la cancelación de la deuda no debe de tomarse como un gesto humanitario sino que debe de tratarse en el contexto del reconocimiento de los crímenes de genocidio cometidos durante el periodo colonial, la repartición de África y el colonialismo.
En un artículo titulado La Cuestión de la Compensación: Una perspectiva del Tercer Mundo, el profesor Norman Girvan, un profesor de economía en la Universidad de las Indias Occidentales pregunta: “¿Quien ha compensado a las gentes de África por los millones que se apoderaron y asesinaron al servicio del Mercado de Esclavos, o por la tierra, los animales y minerales que se expropiaron los europeos y los millones de gente que murieron en este proceso? “
Traducido y editado para Fundación Sur