El pasado 1 de febrero, en la Cámara de Comercio de Madrid, Tiago Cabral, de Leadership Business Consulting, realizó una ponencia sobre mercados y oportunidades de negocio en los países africanos de lengua oficial portuguesa. En la misma, definió a Angola y Cabo Verde como los países más atractivos; a Mozambique y Sto. Tomé y Príncipe como los que ofrecen mayor potencial; y, pese a gozar de un crecimiento anual del 5%, calificó a Guinea Bissau como país de “riesgo relevante” por su inestabilidad política.
Si bien su presentación se centraba en el análisis de la situación macroeconómica de cada país, la mitad de sus recomendaciones finales no fueron conclusiones extraídas de este discurso económico, sino del contexto socio-político africano. Esto es: obvió cifras y redujo resultados a las relaciones personales en los negocios y los ciclos políticos.
Siendo importantes tales factores, no desarrolló ni justificó, sin embargo, los datos en que apoyó sus conclusiones: redujo complejos procesos a anécdotas y convirtió anécdotas en elevados muros. Así mencionó la fecha de las elecciones generales como factor de inestabilidad política e indicó que la escasez de taxis y un tráfico que puede ser caótico afectan a los negocios porque imposibilitan la puntualidad en las reuniones e incluso su celebración.
La inestabilidad política no es el producto de la celebración de unas elecciones generales, sino el resultado de unos acontecimientos socio-políticos, que bien pueden tener un punto de inflexión en fechas como unas elecciones. Sólo quien conoce en profundidad el desarrollo, día a día, de ese factor socio-político puede evaluar si un país está construyendo su futuro sobre bases sólidas o si asienta su crecimiento en un espejismo que puede explotar en cualquier momento. No hay tantas sorpresas ni eventos inesperados en la política africana como se empeñan en mostrarnos. Definir el mundo africano como caótico y anárquico es revelar la propia ignorancia sobre lo que realmente ocurre.
Por cierto, para aquellos que no soportan el retraso en una reunión: la puntualidad es un virtud africana. Después de todo, ellos son los que tienen el tiempo, aunque seamos nosotros los propietarios de los relojes…
[Continuará]
Original en África Factor Humano
