África alcanza los mil millones de habitantes, por Antonio Molina

26/01/2010 | Bitácora africana

El Continente Africano ha llegado durante el año pasado de 2009 a los mil millones de habitantes. Nos lo comunica una organización independiente con base en Washington, denominada “Population Reference Bureau”.

Un continente que sufrió varias sangrías en el curso de los siglos. Sólo para memoria, recordamos los casi 20 millones de esclavos llevados a las Américas. Hombres y mujeres jóvenes, que privaron a sus pueblos de la fuerza de sus brazos y de la fecundidad de sus hogares.

En la era colonial, los viajeros y exploradores hablan en sus relatos de un Continente poco poblado, a excepción de algunas de sus regiones. Al terminar la II Guerra Mundial y cerca de la década de las independencias, las estadísticas de 1950 daban una población total en África de 225 millones. Esto es: de cada diez seres humanos, uno era africano. Hoy, uno de cada siete es africano y una proyección nos dice que hacia 2050, África habrá doblado su población y que uno de cada cinco habitantes del planeta será africano.

PROGRESIÓN ASUSTADORA

En la actualidad, de cada cuatro niños que nacen, uno es africano. No decimos negro, porque en estas estadísticas englobamos también al África mediterránea, que desde Egipto al Sahara Occidental es blanca o tostada.

Este continente bate el record de natalidad, dando una media de 4,6 bebés por mujer, mientras que la media mundial es de 2,5 hijos por madre.

También bate el record de la juventud. Los africanos subsaharianos de menos de 15 años son el 43% de la población. Nigeria es el tercer país más fecundo del mundo. Cada año nacen 6 millones de bebés, mientras que en el conjunto de la U.E. sólo nacen 5 millones. Uganda es el país más joven del mundo, 56% de su población tiene menos de 18 años.

OTROS RECORDS MENOS BRILLANTES

Estas Señales de dinamismo se doblan de otros indicadores menos entusiasmantes. La duración media de la vida de un africano es de 53 años, o sea 15 años menos, que la media mundial.

La mortalidad infantil es 20 veces más elevada que en la Unión Europea.
El director del INED (Instituto Nacional de Estudios Demográficos) de Francia, Pilles Pison, estima que “es el momento de África, tenemos la impresión de que no está cambiando nada, que los africanos siguen teniendo muchos hijos. Esto es a la vez verdadero y falso,” matiza el demógrafo, subrayando que la natalidad continúa bajando en el continente. No se puede hacer un cuadro catastrófico de países, porque en un mismo país hay que distinguir entre las zonas rurales y las urbanas.

En África del Norte, el Magreb vive una gran mutación demográfica: Argelia y Marruecos tienen una media de 2,3 hijos por mujer y en Túnez, solamente 1,9 por pareja.

Para hacerse una idea, en Kenia hace 30 años, cada mujer tenía 8 hijos, hoy sólo 5. En Senegal, hace 25 años las mujeres tenían 7 hijos de media, contra 4,5 ahora.

La esperanza de vida sube despacio la larga cuesta de la longevidad, desde 1950 se han ganado 16 años, a pesar del sida. Esto se debe sobretodo a las campañas de vacunación.

DOS TEMAS TABÚS: LA FAMILIA Y LA PROCREACIÓN

Es un hecho que la fecundidad está disminuyendo de forma lenta, pero constante, en el África subsahariana.El 16 de noviembre 2009 se inauguró en Roma la cumbre de la organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, de sus siglas en inglés). Esta cumbre ha sido dedicada a estudiar la seguridad alimentaria. Es difícil no relacionar la demografía galopante con el hambre y la malnutrición. En el mundo mil millones de seres humanos sufren del hambre, de ellos 265 millones están en África. Aunque la disminución de la natalidad no es una condición sine qua non del desarrollo, en todas las regiones del planeta aparece como una tendencia concomitante para el arranque económico. Realidad evidente, que contemplan los líderes africanos con recelo. Ven el caso de China y lo admiran, pero no se atreven a tomar su sendero.

La procreación y la familia siguen siendo temas tabúes en la sociedad africana. La contracepción es 2,4 veces menos practicada que en la U.E. Ningún líder político va a querer perder popularidad abordando estos asuntos.

En Occidente, algunos agitan el espantapájaros de la explosión demográfica africana, como la causante de la emigración y del terrorismo. Serían más convincentes si defendieran el control de los nacimientos y en lugar de conceder subvenciones agrícolas, ayudasen eficazmente a los campesinos africanos a alimentar a todos los niños del Continente.

Termina Pilles Pison su reflexión con estas palabras: “La via que emprenderá el África subsahariana para conseguir la disminución de la fecundidad será probablemente diferente de las otras regiones del mundo. Creer que los obstáculos culturales son una barrera infranqueable, quizás no sea realista. No hay que subestimar la capacidad de cambio en una sociedad.”

EL PAPEL DE LA ESCOLARIZACIÓN

Uno de los factores principales de estos cambios de mentalidad es la escolarización, en particular de las niñas y de las adolescentes. Los estudios y el contacto entre alumnos llevan a la información sobre la contracepción. CONOCER LA POBLACIÓN

En Togo, el último censo data de ¡1981! ¿Cómo fundamentar una estrategia sobre datos tan viejos? Algunos estados lo han comprendido: Ghana, Burkina Faso y Benín asumen los gastos de su propio censo. Otros, como Costa de Marfil, prefieren no conocer las cifras, para poder continuar manipulando las elecciones. Esos consideran que la demografía es una ciencia peligrosa.

CONCLUSIÓN

La pirámide de las edades en África aún tiene la forma de un abeto con grande base de jóvenes y muy pocos centenarios. Pero todo se andará, pues ya vemos que donde están los jóvenes de entre 15 y 20 años en la representación demográfica global del planeta se encuentra una amplia base de los 35 a los 67 años. La figura del “árbol de Navidad” va a evolucionar afinándose hacia la figura del ciprés de los cementerios.

Autor

  • Antonio José Molina Molina nació en Murcia en 1932. Desde 1955 es Misionero de África, Padre Blanco, y ya desde antes ha estado trabajando en, por y para África. Apasionado de la radio, como él relata en sus crónicas desde sus primeros pasos en el continente africano, "siempre tuve una radio pequeña en mi mochila para escuchar las noticias". Durante septiembre 2002, regresa a Madrid como colaborador del CIDAF. En octubre de 2005 aceptó los cargos de secretario general de la Fundación Sur y director de su departamento África. Antonio Molina pertenece -como él mismo dice- a la "brigada volante de los Misioneros de África", siempre con la maleta preparada... mientras el cuerpo aguante.

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