El fenómeno de la piratería en el Golfo de Guinea comienza a tomar amplitud. En 2012, se produjeron 58 incidentes, de los cuales, 10 navíos y 207 marinos fueron hechos rehenes.
La zona sensible comenzó siendo el Delta del Níger, de Nigeria, y se ha ampliado hasta aguas de Costa de Marfil, como demuestran los recientes ataques de Gascogne y de l’Itri.
Frente a esta inseguridad creciente y en ausencia de patrullas militares suficientes, ciertos armadores han recurrido al empleo de guardias armados a bordo de sus barcos.
Esta es una idea a llevar a cabo con precaución, según la aseguradora North P&I Club, que recientemente ha publicado una guía a este respecto. “Las soluciones estándar y los contratos utilizados para emplear a guardias armados, ya utilizados en la otra costa de África, en Somalia, como el contrato BIMCO, podría resultar inapropiado en el golfo de Guinea. Este contrato fue redactado específicamente para la situación en el Océano Índico, y las condiciones del Océano Atlántico, del África Occidental, son otras diferentes”, señala la nota de la aseguradora.
La principal diferencia es que, al contrario que en Somalia, las autoridades de los países costeros prohíben la presencia de guardias armados en sus aguas territoriales e imponen el recurso a las fuerzas de seguridad locales. “Estas leyes son aplicadas al pié de la letra” advierte la aseguradora. Los aseguradores recomiendan por tanto una mayor vigilancia de los casos de contratación de agentes de seguridad, aunque sean nacionales. “Los armadores deben asegurar que los agentes de seguridad locales que emplean formen parte realmente de las fuerzas militares locales”.
(Connection Ivoirienne, Costa de Marfil, 07-02-13)